: Víctor Casaus, Luis Rogelio Nogueras
: Silvio: Que levante la mano la guitarra
: RUTH
: 9789597218166
: 1
: CHF 7.00
:
: Lyrik
: Spanish
: 329
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Este libro es un regalo compartido. Por una parte es una fiesta para los silviófilos y trovadictos que han acompañado sus canciones, en algunos casos durante décadas, disfrutando, reflexionando, sufriendo, aprendiendo, amando o maldiciendo. Y por otro lado este libro es también parte de una fiesta íntima, en minúsculas pero internamente enorme, con la que se celebró el cumpleaños sesenta del trovador.


QUE LEVANTE LA MANO 

LA GUITARRA LIMPIA

  

Este libro es un regalo compartido. Por una parte, es una fiesta para lossilviófilos ytrovadictos que han acompañado sus canciones, en algunos casos durante décadas, disfrutando, reflexionando, sufriendo, aprendiendo, amando o maldiciendo con la ayuda de aquel texto memorable o de la melodía de aquella canción que de pronto ya pertenece a nuestra vida, lo que no es poco decir. Y por otro lado, este libro es también parte de una fiesta íntima, en minúsculas, pero internamente enorme, con la que estamos celebrando el cumpleaños sesenta del trovador.

Desde la imagen de su contraportada podemos recordar también, con júbilo y con justicia, que este es un libro hecho desde la amistad. Por ello nunca lo concebimosWichy y yo como el acercamiento distante a una figura de la canción, ni fuimos los entrevistadores aburridos u oportunos que se sitúan ante un artista para disfrutar de su sombra o lucrar con sus destellos. Fue un libro, ahora lo confirmamos, pensado por tres cabezas y escrito a seis manos.

El método para concebirlo y realizarlo partió de esa premisa colectiva, sin que hiciera falta convocar a una reunión para decidirlo ni levantar un acta para establecerlo. Tampoco chequeamos sistemáticamente los acuerdos de su escritura, sino trabajamos, conversamos y trabajamos otra vez, haciéndole llegar a Silvio nuestras preguntas, esperando (con la impaciente paciencia de la juventud,que por suerte nos ha seguido maravillosamente acompañando) a que el trovador nos trajera sus respuestas, escritas a vuelamáquina, con alguna nota garabateada al margen la noche anterior. Sobre esas respuestas volvíamos, para ir construyendo, en las páginas, los textos que eran en realidad la transcripción de los diálogos cotidianos de nuestras vidas –o, mejor, de nuestra vida común y repartida en aquellos años intensos, difíciles y alumbradores.

Así construimos la larga entrevista incluida enQue levante la mano la guitarra. El texto introductorio, que tenía de crónica, de ensayo y de conversación, lo fuimos escribiendoWichy y yo, repartiéndonos los temas y decidiendo no firmar ni identificar por separado cada aporte, sino sumarlos a ese d