I. El origen judeoconverso de Antonio de Nebrija
¿Antonio de Nebrija judeoconverso? Apoyándome en varios conocidos trabajos del insigne historiador Américo Castro, especialmente enLa realidad histórica de España(desde la edición de 1962 hasta la más reciente de 2021), ya señaléen 2019 en mi libroCuando Einstein encontró a Kafka. Contribuciones de los judíos al mundo modernola condición judeoconversa de la familia de Antonio de Nebrija. Basándomeen mis lecturas de historiadores e hispanistas de reconocido prestigio académico internacional, como el citado Américo Castro (1885-1972), José Belmonte Díaz (1922-2015), Aron David Kossoff (1924-1995) Francisco Márquez Villanueva (1931-2013), Juan Gil Fernández (Madrid, 1939) o Daniel Eisenberg (Nueva York, 1946), entre otros, escribí en mi libro lo siguiente: «La nómina de grandes escritores españoles judeoconversos o de ascendencia judía, llamados cristianos nuevos, de los siglosxvyxvi, es extensa, comenzando por el autor de nuestra primera gramática, Antonio de Nebrija (1441-1522) y siguiendo con Fernando del Pulgar (1436-1493), el autor deLa celestinaFernando de Rojas (1470-1541),Luis Vives (1492-1540), Alfonso de Valdés (1490-1532), SanJuan de Ávila (1500-1569), Santa Teresa de Jesús (1515-1582),el historiador Álvar Gómez de Castro (1515-1580), San Juande la Cruz (1542-1591), Fray Luis de León (1527-1591), yun largo etcétera. Caso célebre, posterior, fue el de Góngora(1561-1627), nacido Luis de Argote y Góngora, hijo de Francisco de Argote, juez de bienes confiscados por el SantoOficio de Córdoba, a su vez hijo de judíos conversos, y de doñaLeonor de Góngora, de la nobleza cordobesa y muy vinculadaa la Iglesia Católica de Córdoba. Góngora firmaba al revés, como Luis de Góngora y Argote, anteponiendo el apellido materno,cristiano viejo, por el paterno,cristiano nuevo.Pese a ello, y a su alto prestigio en aquel tiempo, Góngora sufrió mofa y burla ya en vida, siendo ridiculizado por el joven Quevedo, furibundo antijudío». Por supuesto, me quedé corto. Mi libro no trataba de eso, se enfocaba a las contribuciones culturales de los judíos en los siglosxixyxx.Sí hablé del origen judeoconverso de los abuelos de Cervantes.
Para acercarse a la gigantesca contribución de los judeoconversos hispánicos a nuestro Renacimiento y primer Barroco, es decir al Humanismo en español, un buen punto de partida es el libro del historiador Dr. José Belmonte Díaz(1922-2015),Judeoconversos hispanos. La cultura(2010),entre los que incluye, sin temor a equivocarse, a Antonio de Nebrija. La nómina es extensísima, de más de un centenar, es decir, bastante más de la mitad de los autores y humanistas en español de primer nivel de los siglosxivaxvii.1En elcaso de los siglos de Nebrija,xvyxvi, se ha llegado a afirmarque el ochenta por ciento de los escritores de nivel medio eran cristianos nuevos —es decir, hijos, nietos o bisnietos de judíos, de judeoconversos o conversos, deanusim(forzados), de marranos o criptojudíos (cristianos conversos que practicaban el judaísmo en secreto)—. (Son términos que no son lo mismo y que a veces se suelen mezclar o confundir alegremente. No es el lugar éste para explicarlos). Escribe Eisenberg:
Mi antiguo profesor A. David Kossoff, influido por la Institución