: Pilar Rodríguez Martinez, Antonio Segura Sánchez, María Carmen López Berlanga, Ana María Martínez Ma
: Transformando el extremismo violento Guía para el profesorado y la ciudadanía
: Ediciones Octaedro
: 9788419312587
: 1
: CHF 8.00
:
: Sonstiges
: Spanish
: 106
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Transformando el extremismo violento es una guía para el profesorado y la ciudadanía, redactada para apoyar los esfuerzos de quienes trabajan en entornos educativos formales y no formales, dotándolos de un instrumento que les permite organizar sus ideas y desarrollar pedagogías transformativas para prevenir y actuar ante cualquier signo de extremismo violento, tanto en su vertiente cognitiva como conductual. El texto aborda el concepto de extremismo violento, definiéndolo y relacionándolo con otras violencias -cultural y estructural-. Se sitúa en el ámbito educativo, y se ofrecen ejemplos para detectar manifestaciones globales y locales de extremismo violento. Para transformarlo, se revisan algunos proyectos comunitarios transversales desarrollados en la Unión Europea, en España y en el ámbito local, destacando la necesidad de trabajar la inteligencia emocional con los grupos de pares, las familias y en el ciberespacio. También se ofrece una guía para que profesoras y profesores puedan manejar la situación en clase, deteniéndose en los objetivos, la preparación de la clase y la discusión. Se aportan ejemplos de temas para abordar y se propone cómo realizar la evaluación de la discusión y el seguimiento en el aula. En la última parte de la guía se relatan los valores implicados en la transformación del extremismo violento: la empatía, la solidaridad, el respeto a la diversidad, la convivencia y el compromiso. Al final se recogen algunos recursos electrónicos que permiten ampliar y profundizar en esta propuesta.

Pilar Rodríguez Martínez. Profesora Titular de Sociologia. Directora del Grupo de Investigacion Investigación Internacional Compara. Presidenta del Comité de Valores de la Federacion Española de Sociologia. Miembro del Comité Digital Sociology de la International Sociological Asotiation.  ; Antonio Segura Sánchez. Profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Almería. Licenciado en Psicología Universidad de Almería (2000). Doctor en Psicología (Cum Laude) por la Universidad de Almería con Mención de Excelencia. Máster Oficial de Análisis Funcional en Psicología Clínica y de la Salud UAL (2010). Máster Prevención de Riesgos Laborales especialidad en Psicosociología y Ergonomía María Carmen López Berlanga. Doctora en Educación por la UNED. Premio Extraordinario de Doctorado por la UNED. Profesora Asociada Laboral en la Universidad de Almería en el Departamento de Educación Área de Conocimiento: Teoría e Historia de la Educación), Directora Pedagógica de Educación Infantil y Educación Primaria del Centro López Vicuña de Madrid. Licenciada en Psicopedagogía en la especialidad de Educación Especial, Diplomada en Magisterio en la especialidad de educación Primaria, Máster en innovación e investigación en ciencias de la Educación, Máster en Mediación y Orientación Familiar en Educación y Máster en resolución de conflictos en el ámbito educativo. Ana María Martínez Martínez. Profesora en el Área de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Almería. Diplomada en magisterio Educación Infantil; Licenciada en Psicopedagogía, con premio extraordinario al mejor expediente de la titulación; dos másteres «Intervención en convivencia escolar» y «Español como lengua extranjera»; doctora en el Programa de Innovación Educativa, en el 2020 con calificación Sobresaliente 'Cum Laude'.

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Sobre el extremismo violento

2.1. Extremismo violento y radicalización

El extremismo violento aparece «cuando no se permite un punto de vista diferente; cuando se sostienen los propios puntos de vista como exclusivos, cuando no se permite la posibilidad de la diferencia y cuando se quiere imponer este punto de vista a los demás utilizando la violencia si es necesario».8

Las opiniones extremistas violentas pueden manifestarse en torno a una serie de cuestiones, como la política, la religión, la diversidad cultural, la orientación sexual o las relaciones de género, y producen distanciamiento político y social entre distintos sectores de la población. Esas opiniones constituyen uno de los principales catalizadores de la radicalización, especialmente entre los colectivos más desfavorecidos (Trujilloet al., 2010).9 Ninguna sociedad, comunidad religiosa o visión del mundo es inmune a este tipo de opiniones. Sin embargo, lo que define al extremista violento es el énfasis en el uso de la violencia como medio, más que las opiniones extremas en sí mismas.10

Así pues, «el extremismo violento se refiere a las creencias y acciones de las personas que apoyan o utilizan la violencia ideológicamente motivada para imponer sus objetivos ideológicos, religiosos o políticos radicales» (Dalgaard-Nielsen, 2010).11 Reúne dos aspectos: la aprobación del extremismo y la aceptación de medios violentos. La radicalización puede entenderse genéricamente como el proceso de aceptación –o práctica– de la ideología y la acción extremista.12

La radicalización violenta tiene, por tanto, dos niveles bien diferenciados. El primero se refiere a las conductas y el segundo, a las actitudes. La radicalización conductual se refiere el uso ilegítimo de la violencia en nuestras sociedades y es un fenómeno afortunadamente muy minoritario. Pero no ocurre lo mismo con la radicalización cognitiva. La radicalización cognitiva se refiere a la justificación de ideas extremas, al compromiso cognitivo de un individuo con la acción violenta. Pues para que se produzca la radicalización cognitiva no es necesario que el individuo se convierta o actúe como un terrorista, sino que basta con que haga apología, se identifique o defienda las acciones terroristas (Sageman, 2017). Como destacan Wolfowiczet al., tenemos que convenir que, afortunadamente, la mayor parte de las personas que tienen opiniones radicales nunca recurrirán a la violencia (2020, p. 3).

El extremismo violento tiene que analizarse en un contexto social donde se producen –y reproducen– otros tipos de violencia. De hecho, según la clasificación de Galtung (2016),13 podemos diferenciar tres tipos de violencia:

Violenciacultural: Englobaría aquellos aspectos de la cultura, la esfera simbólica de nuestra existencia –materializado en la religión y la ideología, en el lenguaje y el arte, en la ciencia empírica y la ciencia formal (la lógica, las matemáticas)– y cualquier elemento cultural que pueda ser empleado para legitimar la violencia. El autor recurre a algunos ejemplos como las banderas, los himnos, los retrato