LO SOBRENATURAL
Gran parte del llamado ocultismo, es decir, ideas sobre fuerzas ocultas o fenómenos sobrenaturales, queda fuera de lo que llamamos parapsicología.
Ideas antiquísimas que dicen que la colocación de los astros en la bóveda celeste, por ejemplo en el momento de nacer, puede decir algo sobre la vida y el destino de las personas, la llamada astrología, siguen vivas y coleando. Pero aquí, como siempre en el campo de lo oculto, los límites entre fe religiosa y juegos de entretenimiento son imprecisos.
En lo que se refiere a las artes de profecía en general, merece la pena indicar que casi siempre tratan de algo que es en sí poco claro, como la colocación de las estrellas en el cielo, el vuelo de los pájaros, las líneas de la mano, el dibujo de los posos de café o el orden de las cartas en una baraja.
Personalmente, dejé de tener fe en esas cosas a los diez u once años, más o menos cuando tenía éxito como mago. Pero cuando estoy aburrido en una sala de espera, todavía me leo los horóscopos de las revistas.
Muchos de mi generación tenían una última esperanza de que hubiera algo sobrenatural en las llamativas casualidades o «coincidencias», también llamadassincronicidades.
El concepto fue lanzado por el original psiquiatra Carl Gustav Jung, que explica el fenómeno como «simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido, pero de manera acausal», o también como «sincronicidad en el sentido especial de una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí de una manera no causal, pero con igual o similar significado».
Probablemente, todos hemos experimentado algunas coincidencias asombrosas y, si se recopilan, por ejemplo, porque cubren una necesidad de algo en qué creer, puede dar la impresión de que ocurren mucho más a menudo de lo que realmente es el caso. Son como los décimos de un sorteo, en el que solo son visibles los ganadores de la lotería.
Un ensayo muy leído que trataba tanto de la parapsicología como de la sincronicidad fue el que escribió Arthur Koestler,Las raíces del azar, en donde intenta relacionar lo que muchos considerarían fenómenos sobrenaturales con la nueva física. Pretendía dar una explicación veraz a lo sobrenatural al presentar a la vez la física atómica y el mundo en sí como algo fantasmal. Hoy en día, una tentativa de ese tipo sería considerada por la mayoría de la gente como algo obsoleto. No hay nada en la física atómica que pueda indicar que «la percepción extrasensorial» sea algo real.
Otro fenómeno antiquísimo, seguramente tan antiguo como el ser humano, es el de las apariciones de seres sobrenaturales, como los espíritus de los muertos, seres divinos, ángeles o gnomos y trolls. Más recientemente, la idea de establecer contacto con los muertos se ha visto sobre todo dentro del mundo del espiritismo.
Durante las sesiones espiritistas, se ha conseguido contactar con las almas de los muertos gracias a la ayuda de un médium. Pero independientemente de esas sesiones, también existe una gran abundancia de historias sobre personas que han podido relatar apariciones espontáneas de muertos, o también de seres sobrenaturales de una realidad muy distinta.
Escribo sobre este fenómeno en el cuentoEl castillo de los Pirineos. Trata de Steinn y Solrun, que hace mucho tiempo vivieron juntos bajo una intensa relación amorosa. Durante un viaje en coche por el país les ocurrió algo estremecedor, algo escalofriante y endemoniado que ninguno de los dos era capaz de explicar, pero que acabaron por interpretar de un modo tan distinto que ya no podían convivir.
Después de much