Presentación
Entornos que capacitan es fruto de un largo recorrido. Su objetivo es visibilizar, pero también enriquecer, la labor educativa silenciosa y no siempre reconocida que se realiza al margen, en paralelo, o como alternativa a la educación ordinaria.
Habla del trabajo de entidades que acogen, cuidan y forman a chicos y chicas que, por lo que sea, realizan itinerarios educativos distintos a la mayoría, finalizan la educación obligatoria fuera de los institutos y cuando cumplen los dieciséis años continúan formándose en recursos que se mueven entre el terreno de “lo social” y de “lo educativo”. El “por lo que sea” tiene mucho que ver con situaciones de pobreza, marginación y falta de oportunidades. Tiene que ver también con la rigidez de un sistema educativo en el que siguen sin caber todos.
Las autoras hemos tenido la fortuna de encontrarnos con estos chicos y chicas, de conocerlos mientras acuden diariamente a entidades socioeducativas para formarse y continuar aprendiendo.
Y hemos descubierto adolescentes y jóvenes tan espabilados, pesados, ingeniosos, simpáticos, pasotas, divertidos, malhumorados y descarados como los que encontramos en un aula universitaria, en un centro de tiempo libre o en una escuela de idiomas, lugares a los que difícilmente acuden los chicos y chicas de los que hablamos en el libro.
Y es que, a pesar de ser tan iguales al resto, las dificultades a las que se enfrentan y los obstáculos que deben sortear son exageradamente desproporcionados. Por ello, a sus dieciséis, diecisiete o dieciocho años ya han tenido tiempo de “saber menos” y de “fracasar más” que el resto de jóvenes. Ya se han visto obligados a renunciar a logros que la mayoría de adolescentes todavía aspira conseguir. Parece que la cuna, el distrito postal, la clase social o el origen étnico han tenido un peso importante en su trayectoria.
De las similitudes y diferencias entre unos adolescentes y otros, hemos querido poner el foco en el tema de las capacidades, conscientes de que, con frecuencia, estas quedan bloqueadas cuando un niño o niña crece en entornos deficitarios que no pueden dar respuesta a sus necesidades básicas. Sabemos que es, principalmente, en la adolescencia cuando se detectan con preocupación niveles muy bajos en el desarrollo de capacidades, aun cuando sabemos también que estos retrasos se han ido acumulando durante la infancia.
Lecturas precipitadas y miradas sesgadas de la situación concluyen con un diagnóstico erróneo dando por hecho que la mayoría de adolescentes en riesgo de exclusión son “incapaces” de aprender, de integrarse en la sociedad, o de contribuir con su esfuerzo al bien común, entre otras limitaciones. La relación cercana con los chicos y chicas, el trabajo cooperativo con educadores y educadoras que les acogen, y algunos trabajos de investigación anteriores, propios y de otros autores, nos permiten afirmar que no es así, que la realidad es más compleja.
Desde hace quince años colaboramos con entidades socioeducativas que atienden a adolescentes y jóvenes de entornos desfavorecidos. Acudimos a ellas para observar una actividad, para participar de manera regular durante un tiempo, para contribuir en la implementación de alguna práctica educativa, para compartir experiencias o para pensar juntos nuevas maneras de abordar la educación con este colectivo. Pese a diferencias notables entre entidades, encontramos dinamismos educativos que se repiten: el uso frecuente del sentido del humor, la creatividad a la hora de enfrentarse a nuevos retos, la relación cercana con los adolescentes, una confianza enorme en sus capacidades, y una mirada capaz de ver posibilidades donde otros solo han visto limitaciones.
Son estos elementos los que permiten a los equipos educativos asumir con realismo, energía, determinación y esperanza la ardua tarea de reconducir trayectorias personales marcadas por el fracaso.
A nivel más personal, este libro cierra un ciclo que las autoras empezamos juntas el año 2012. Durante todo este tiempo hemos compartido muchísimas cosas. Investigaciones, grupos de trabajo, cursos de formación, congresos, trabajos de fin de grado y de fin de master, una tesis, y más recient