: Varios Autores
: Francisco, pastor y teólogo
: PPC Editorial
: 9788428837842
: GS
: 1
: CHF 8.70
:
: Religion/Theologie
: Spanish
: 392
: Wasserzeichen
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: ePUB
Los días 12 a 14 de noviembre de 2019 tuvo lugar en la sede del Ateneo Universitario Sant Pacià (AUSP), de Barcelona, el congreso internacional dedicado al análisis y visión de «La aportación del papa Francisco a la teología y a la pastoral de la Iglesia», con la pretensión de entrar en una mayor comprensión y recepción de sus intuiciones teológico-pastorales. Se subraya la estrecha relación entre el campo de la reflexión y el de la acción, teología y pastoral. El papa Francisco es un hombre lleno del Espíritu -y, por tanto, lleno de intuiciones- que no hacen de la pastoral algo cercano a la improvisación ni hacen de la teología un sistema cerrado o completo en sí mismo.La capacidad de lectura de la realidad es aguda, precisa, sesgada inicialmente por la propia trayectoria vital, pero complementada por esos ya siete años y algo más de su pontificado. El deseo de relación de diversos datos y realidades humanas marcadas por la esperanza, pero también el dolor del inocente, hacen de estas intuiciones un atento aviso a no construir la reflexión y comprensión de la realidad humana desde lo alto, desde lo abstracto.

INAUGURACIÓN DEL CONGRESO
«
LA APORTACIÓN DEL PAPA FRANCISCO
A LA TEOLOGÍA Y A LA PASTORAL DE LA IGLESIA»


 

Mons. JUAN JOSÉ OMELLA

Barcelona

 

 

Señores cardenales, señor arzobispo de Tarragona, arzobispos, obispos, ponentes, profesores y profesoras, alumnos y alumnas del Ateneu Universitari Sant Pacià, hermanos y hermanas:

Es un honor para nuestro Ateneo y para mí mismo tener entre nosotros personas venidas de todo el mundo para reflexionar sobre el pensamiento del papa Francisco y su praxis. El estrecho vínculo entre teología y pastoral caracteriza su ministerio al servicio de la Iglesia católica. Este servicio se ensancha e incluye a las Iglesias hermanas y a las comunidades eclesiales, a las religiones mundiales, empezando por el judaísmo y el islam, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. El pontificado del papa Francisco, obispo de Roma, no se limita a la Iglesia católica, que encuentra en él el principio de la unidad y de la comunión, sino que posee un alcance universal.

En un mundo caracterizado por la disolución de las utopías, por la falta de visión y por un dominio creciente del «yo» sobre el «nosotros», el papa Francisco instaura una forma de actuar en la que se reconocen muchos habitantes del planeta. Son, sobre todo, los que habitan en la periferia los que han visto y ven en él a alguien que los defiende y que los representa ante los poderes fácticos de la política y la economía.

Vivimos en unos tiempos de repliegue identitario, en el que proliferan los populismos y fundamentalismos intransigentes. Muchos están convencidos de que es necesario levantar muros y reforzar fronteras, sobre todo mentales. Quienes razonan y actúan de esta manera hacen un flaco favor a la humanidad, ya que evitan que se construya un mundo más fraterno que promueva la comunión entre personas y culturas. En cambio, el papa Francisco propone con tenacidad encomiable un modelo personal y social abierto, en el que el tiempo es superior al espacio, la unidad prevalece por encima del conflicto, la realidad es más importante que la idea y el todo es superior a la parte, como afirma él mismo en la Exhortación apostólicaEvangelii gaudium,el documento programático de su pontificado (EG 217-237).

No es, pues, casual que el papa Francisco imagine una Iglesia dispuesta a salir, que no esté encerrada en sus esquemas y su confort, en el «siempre se ha he