: Rubén D. Gualtero Pérez
: La sociedad de la desmesura Acerca del buen vivir en un mundo acelerado
: Gedisa Editorial
: 9788418914652
: 1
: CHF 7.80
:
: Sozialwissenschaften allgemein
: Spanish
: 144
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
La felicidad ha derivado en un dilema casi irresoluble y el afán por conseguirla supone un verdadero obstáculo para una vida buena. «La gente que solo busca el provecho material, arriesga su vida a la ligera. ¿No es esto un error de nuestra generación?», se preguntaba Chuang-Tzu nada menos que a mediados del siglo IV a. C. Han pasado más de dos mil años. En la actualidad, el conocimiento científico y el progreso tecnológico han puesto a nuestro alcance infinitas oportunidades, sobreabundante información e innumerables objetos de consumo. Sin embargo, la insatisfacción, el desasosiego, la aceleración y el cansancio acampan por doquier. Disfrutar del momento, estar plenamente en el presente se ha convertido en una aspiración cuasi heroica. Tan es así que cada vez más aparecen en el «mercado emocional» terapias variopintas y ofertas prodigiosas encaminadas a paliar este malestar. Frente al mandato «sed felices» que proclama nuestra sociedad del exceso, tal vez lo más sensato sea intentar vivir bien y de la forma más dichosa posible. De la mano de Aristóteles, Séneca, Horacio, Montaigne, Voltaire y también de escritores contemporáneos, Rubén D. Gualtero reflexiona aquí sobre el sentido que le damos a nuestra temporalidad, la relación con nosotros mismos, los demás, la naturaleza, las cosas y hasta Dios, para reformular una ética de la alegría y la mesura que nos ayude a lograr una existencia más plena.

Rubén D. Gualtero (Espinal, Colombia, 1951) es licenciado en Geografía e Historia (Universidad de Barcelona). Durante más de una década fue redactor jefe de la Revista de Psicopatología y Salud Mental del niño y del adolescente. Ha realizado diversos trabajos sobre sanidad y, también, ha escrito varios artículos sobre adolescencia y salud mental. Junto con Asunción Soriano son autores del libro El adolescente cautivo (Gedisa, 2013) y en 2015 publicó en solitario la novela El chico del Partenón (Editorial Carena), una obra con marcado acento autobiográfico. En los últimos años vive entre Cataluña y Colombia, país este último donde participa en proyectos y programas de prevención en salud mental infantil y juvenil.

Presentación

«El fin supremo del hombre es la felicidad.

[...]

Vivir bien, obrar bien, es sinónimo de ser dichoso».

Aristóteles,
Ética Nicomaquea(1)

Comenzaré por explicar a los lectores los motivos que me han llevado a escribir sobre un tema que desde siempre ha hecho correr, como se suele decir, «ríos de tinta». Y no es un interés banal si tenemos presente que, en los últimos años, en un conocido portal de ventasonline el número de títulos con la palabra «felicidad» pasó de 300 a 2.000. Más aún, algunos autores argumentan que ser felices se ha convertido en una necesidad, en una tiranía (2) y, sobre todo, en un negocio de enormes proporciones. Así las cosas, ¿a qué viene entonces un libro más?

Dos son las razones que están detrás de este empeño. La primera, un recuerdo personal. La segunda, el hecho que en nuestra sociedad la felicidad ha derivado en un dilema casi irresoluble. Por un lado, se impone como un requisito ineludible y, por otro, como decía Voltaire, «la buscamos sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendoconfusamente que tienen una» (3, pág.78).

Allá por el año1971, recién llegado a España, un paísque encontré triste y apocado, una mañana de domingomientras paseaba por el madrileño parque de El Retiro en compañía de una amiga recién conocida y algo mayor que yo, de improviso, me comentó que se encontraba confusa y desasosegada, incapaz de disfrutar de su juventud. Tras escucharla, le dije algo así como que «cuanto necesitamos para viviren paz, aquello que de verdad importa, está a nuestro alcance, lo llevamos con nosotros. Se trata, simplemente, desaber valorarlo y dejarle un espacio en nuestro corazón».Recuerdo que hice un cuenco con las manos y, mientras hablaba, lentamente las coloqué sobre mi pecho, una encimade la otra.

Pasó el tiempo.

Una década más tarde regresé a Madrid y quise contactar con los primeros amigos de entonces. En la agenda decuero negro que aún conservo, y que comenzaba a perderlustre, llevaba anotado los números de teléfono, entre ellos, el suyo. La llamé. Me comentó que estaba de paso, pues ya no vivía en Madrid. Después de una breve charla para ponernos al día, comprendí que no había motivos para un reencuentro. Eso sí, antes de despedirnos, me dijo que guardaba en su memoria el comentario que le había hecho aquel domingo de mayo.

Todavía hoy me pregunto cómo a un mocoso de veintipocos años se le ocurrió decirle aquello. Seguramente lo había leído o escuchado en alguna parte, pero lo cierto es que a partir de ese momento comencé a interesarme por las «cosas realmente importantes de la vida». El contenido de este libro es, en buena medida, fruto de aquella (¿dichosa?) ocurrencia.

El otro motivo por el cual me lancé a escribir«otro libro más», tiene que ver con algo que mencionaba en el primerparágrafo: la búsqueda, sensata o alocada, de la felicidad.Este anhelo, constante en el ser humano, nos ofrece un fielreflejo de las vicisitudes y preocupaciones de cada época. Y,claro está, de la nuestra. Por eso, he querido hacer hincapié en aquellos aspectos que, hoy por hoy, suponen unverdadero obstáculo para el buen vivir, para una vida buena. Así pues, haciendo alusión al título del libro, en el primer capítulo hablaré de ladesmesura, algo muy propio denuestro tiempo. Es verdad que los avances en el conocimiento científico y el progreso tecnológico nos permite disponer de innumerables objetos de consumo y de abundante información. Sin embargo, parece ser que ni los unos ni la otranos hace ni más dichosos ni más sabios. Partiendo de larecomendación milenaria de que «lo escaso basta»,