: Flann O'Brien
: La gente corriente de Irlanda
: Nórdica Libros
: 9788418930089
: 1
: CHF 8.90
:
: Erzählende Literatur
: Spanish
: 416
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
  Este divertidísimo libro reúne lo mejor de la columna 'Cruiskeen Lawn', de Flann O'Brien, publicada en el periódico The Irish Times a lo largo de casi treinta años. O'Brien escribió los artículos bajo el seudónimo de Myles na gCopaleen tratando todo tipo de temas: desde el sistema de justicia, la burocracia y los inventos inverosímiles a los clichés y el uso 'gastado del idioma'. Especialmente divertidas y agudas son las columnas que tienen como tema el mundo del libro. Estas páginas se pueden leer como una novela sobre Irlanda y su gente, y están repletas de humor surrealista y sátira dirigida a los irlandeses y sus preocupaciones. Por encima de todo, el libro, que contiene dibujos realizados por el propio O'Brien, muestra su dominio de la lengua y un estilo inimitable que ha cautivado a miles de lectores en todo el mundo.

Flann O'Brien (Brian O'Nolan, Strabane, Tyrone, 1911 - Dublín 1966). Escritor irlandés. Trabajó para la Administración Pública desde 1935 hasta 1953. También colaboró durante 26 años en el Irish Times con el seudónimo de Myles na gCopaleen, ya que al ser funcionario no podía escribir con su nombre. En sus artículos retrataba con un estilo mordaz la política de su tiempo. Su estilo y el argumento de sus libros son muy originales y fueron alabados por Samuel Beckett y James Joyce, quien, ya prácticamente ciego, leía sus novelas con la ayuda de una lupa. Joyce dijo de O'Brien y de este libro: 'Un escritor auténtico, con el verdadero espíritu cómico. Un libro realmente divertido'. En Nórdica Libros estamos entusiasmados con la obra de este genial irlandés y con En Nadar-dos-pájaros hemos cumplido el sueño de publicar todas sus novelas: El Tercer Policía, Crónica de Dalkey, La boca pobre y La vida dura. En el libro El canon occidental, del famoso crítico literario Harold Bloom, aparecen El Tercer Policía y Crónica de Dalkey como dos de las obras más importantes de la literatura en lengua inglesa.

LAS MUCHAS VOCES DE FLANN O’BRIEN

Como uno de esos ensueños célticos de su tierra gaélica o de la galaica de nuestro Cunqueiro, de quien también se cumple este año el primer centenario de su nacimiento (¡loor a don Álvaro, igualmente!), Flann O’Brien, el autor de este libro singular, o al menos el nombre que ostenta su cubierta, resulta que no existió, como uno de esos castillos maravillosos que se esfuman en los cuentos del rey Artús de Bretaña; al igual que esos tesoros, también, que se evaporan al entrar en contacto su materia frágil, los sueños, con la imperiosa y obscena realidad. Uno se podría pasar horas y horas gozando del bombardeo de carcajadas al que lo somete su prosa para reconocer, a la postre, que ha sido víctima de una ilusión. Ni Flann O’Brien existió, ni vivió en carne mortal Myles na gCopaleen, el firmante de estas colaboraciones que se fueron publicando durante tres décadas en el diario dublinésThe Irish Times. Ambos son seudónimos de Brian O’Nolan (o para complicar más las cosas, Brian Ó Nualláin), el funcionario, marido y redomado borrachín nacido el 5 de octubre de 1911 en Strabane, condado de Tyrone.

Con la edición deLa gente corriente de Irlanda la editorial Nórdica y su timonel, Diego Moreno, rematan la hilarante y gozosa travesía de arrimar al español la obra de uno de los más importantes escritores irlandeses de la pasada centuria. En su catálogo ya está lo más importante de lo mucho que escribió O’Brien (llamémoslo así, para simplificar). Junto a sus novelas, que arrancaron palabras laudatorias de escritores de la talla de Anthony Burgess, Dylan Thomas o nada menos que el mismísimo James Joyce, nuestro autor derrochó humor e inteligencia, cada vez más cargados de tonos acerbos, a lo largo de más de cinco lustros de personalísimas columnas en el citado periódico. Se recoge aquí una selección de las que seguramente son mejores (las de los primeros cinco años), a partir de la antología póstumaThe Best of Myles, que fue preparada por su hermano Kevin O’Nolan. Como confiesa este, las categorías bajo las que agrupó los artículos son elásticas, y los temas y motivos se entrelazan recurrentemente.

La columna se titulabaCruiskeen Lawn, del irlandésCrúiscín lán, «la jarrita llena», en traslación fonética no muy diferente de la que un hispanoparlante pudiera hacer comoCruz Quinlón (aunque esto suena más a nuevo seudónimo que a encabezado de sección periodística), y comenzó gracias a una polémica espuria que el autor, compinchado con su amigo Niall Sheridan, estableció en el periódico a principios de 1939 a cuenta de la crítica adversa recibida por una obra de Frank O’Connor producida por el Abbey Theatre, seguida de otra polémica al año siguiente cuya víctima era Patrick Kavanagh, del que se ridiculizaba su poema «Spraying the Potatoes» («Rociando las patatas»), aparecido en la página literaria del periódico. Divertido, el a la sazón director deThe Irish Times, R. M. Smyllie, a quien O’Brien dedicó su única novela en irlandés,An béal bocht (La boca pobre), le invitó a colaborar en el diario, donde ya publicaban amigos suyos de la universidad como el propio Sheridan, que lo hacía sobre las carreras de caballos, o Donagh MacDonagh, que se ocupaba de recensiones de libros. Estos conmilitones también lo acompañaron en su prehistoria periodística cuando nuestro autor empezó a velar sus armas en publicaciones comoComhthrom Féinne, la revista universitaria, yBlather, que ha sido calificada por Anne Clisman como una «contrarrevista».

La primera columna apareció el 4 de octubre de 1940 y la colaboración prosiguió hasta la muerte de su autor, acaecida el 1 de abril de 1966. En ocasiones hubo periodos de barbecho que superaron las seis semanas de duración, pero dos veces dejó de publicarseCruiskeen Lawn por trechos que alcanzaron meses, como en 1952, año en el que en marzo dejó de aparecer para no hacerlo hast