: Alison Weir
: La historia oculta de la creación del estado de Israel
: CAPITÁN SWING LIBROS
: 9788412351446
: Ensayo
: 1
: CHF 7.00
:
: Geschichte
: Spanish
: 176
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Poco después de la Segunda Guerra Mundial, el secretario de Estado norteamericano Dean Acheson advirtió de que la creación de un Estado judío en tierras ya habitadas durante siglos por musulmanes y cristianos 'pondría en peligro' tanto los intereses estadounidenses como los occidentales en la región. A pesar de advertencias como esta y las enérgicas objeciones de los principales expertos diplomáticos y militares de la época, el presidente Truman apoyó el establecimiento del Israel moderno en territorio palestino. Como demuestra Weir, los políticos norteamericanos fueron bombardeados por un enorme cabildeo proisraelí dirigido desde organizaciones sionistas bien financiadas, hasta una 'sociedad secreta' entre cuyos miembros estaba el juez del Tribunal Supremo Louis Brandeis. La historia de cómo los sionistas manipularon al Gobierno y los medios de comunicación estadounidenses para promover los intereses de Israel permanece 'oculta' al público en general, apenas existe bibliografía. Quienes han tratado de llevar esta información al gran público han sufrido ataques verbales y amenazas económicas que rápidamente silencian el mensaje y, a menudo, destruyen al mensajero. Pero el libro de Weir ofrece una respuesta inequívoca: Estados Unidos tuvo un papel fundamental en la creación del Estado judío en las tierras árabes de Palestina, a expensas de sus habitantes y de sus propios intereses.

Alison Weir. Estados Unidos. Activista y escritora estadounidense conocida por su interés en el conflicto palestino-israelí. En el año 2000, dejó su casa en California para viajar sola a Palestina e Israel como periodista independiente, para ver el conflicto de Oriente Medio de primera mano. Lo que descubrió la llevó a sentir que este era uno de los problemas más importantes y menos comprendidos para los estadounidenses de hoy. Fundadora y directora ejecutiva de If Americans Knew y presidenta del Consejo por el Interés Nacional, Weir estudia incansablemente el conflicto, su historia y la conexión con Estados Unidos y viaja por el mundo hablando de sus experiencias e investigaciones. Tanto Weir como If Americans Knew son conocidos por criticar la cobertura mediática de Israel. Ha recibido críticas y elogios por su activismo. En 2004, se convirtió en la primera mujer en recibir una membresía honoraria en la Sociedad Literaria Phi Alpha y fue descrita como una 'indignada periodista en nombre de los derechos humanos'. Otros miembros honorarios son el presidente Jimmy Carter y la periodista Helen Thomas. Weir también ha ganado premios del Comité Antidiscriminación Árabe-Americano y del Consejo de Relaciones Islámico-Americanas.

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Los orígenes

Ellobbyisraelí en Estados Unidos es solo la punta de un iceberg mucho más grande y antiguo conocido como «sionismo político», un movimiento internacional que comenzó a finales del sigloXIXcon el objetivo de crear un nuevo Estado judío en algún lugar del mundo. En 1897, este movimiento liderado porel periodista europeo Theodor Herzl[5]se fusionó en el Primer Congreso Sionista, celebrado en Basilea, del que surgió la Organización Sionista Mundial, que en su primer año representaba a ciento diecisiete grupos: un año después ya eran novecientos.[6]

Después de considerar lugares como Argentina, Uganda, la isla mediterránea de Chipre o Texas,[7]finalmente se decidieron por Palestina para construir su Estado judío, obviando que Palestina ya estaba habitada por una población que, en un 93-96 por ciento, no era judía. El análisis más fiable asegura que el 96 por ciento de la población se dividía entre musulmanes y cristianos,[8]que eranlos dueños del 99 por ciento de las tierras.[9]A raíz del Congreso Sionista, los rabinos de Viena enviaron a dos delegados a explorar Palestina como posible ubicación de su Estado. Estos rabinos reconocieron el obstáculo que los palestinos representaban para su plan. En una carta decían: «La novia es guapa, pero está casada con otro».[10]Aun así, los sionistas consiguieron abrirse camino finalmente. Numerosas cartas, entradas de diarios y otros documentos sionistas revelan que los rabinos decidieron presionar a estos no judíos económicamente, si era posible; y con violencia, si era necesario.[11]

El sionismo político en Estados Unidos

La importancia de Estados Unidos para este movimiento se reconoció desde el principio. Uno de los fundadores del sionismo político, Max Nordau, diría años después de la conferencia de Basilea: «La única esperanza para el sionismo son los judíos de América».[12]

Por aquel entonces, y en las décadas sucesivas, la gran mayoría de los judíos estadounidenses no eran sionistas. De hecho, muchosse oponían activamente al sionismo. En los años venideros, sinembargo, los sionistas se dedicaron a cortejarlos asiduamente con todos los medios a su alcance. Hasta qué punto se comprendió porfin la esperanza de Nordau lo demuestra esta declaración que Naomi Cohen, una eminente historiadora judía, formuló en el año 2003: «De no haber sido por la ayuda económica y la presión política de los judíos de Estados Unidos […] es posible que Israel no hubiera nacido en 1948».[13]A esto se puede añadir el éxito con que el sionismo ha conseguido influir en los políticos, los medios de comunicación y buena parte de la opinión pública en Estados Unidos.

Los defensores de la creación de un Estado judío empezaron a asomar la cabeza en Estados Unidos en la década de 1880.[14]Emma Lazarus, la poeta que adornó con sus palabras la Estatuade la Libertad, promocionó el sionismo a lo largo de toda esa década.[15]En 1891 se creó en Boston una bandera precursora de la actual enseña israelí.[16]

Dada la importancia de Palestina para el sionismo, en 1887 el presidente Grover Cleveland designó a un embajador judío como representante de Estados Unidos en Turquía (sede del Imperio otomano, que en ese momento controlaba Palestina). El historiador judío David G. Dalin señala que los presidentes pensaban que la Embajada turca era importante para «el creciente número de sionistas entre el electorado judío estadounidense».[17]

Todos los presidentes, tanto republicanos como demócratas, siguieron este precedente a lo largo de los treinta años posteriores. «En esa época, la Embajada de Turquía llegó a considerarse casi un dominio judío», afirma Dalin.[18]

En los primeros años de la década de 1890 existían organizaciones para la promoción del sionismo en Nueva York, Chicago, Baltimore, Milwaukee, Boston, Filadelfia y Cleveland.