Introducción: por qué y por qué ahora
La discusión entre la concepción del taekwondo como arte marcial o como deporte viene de lejos y forma parte de una dialéctica más amplia que se da en otros deportes procedentes de las artes marciales. Por ejemplo, en el judo, la modalidad deportiva fundada por Jingoro Kano en 1882 a partir del jiu-jitsu; o en el kárate, originado sobre la base del arte marcial procedente de las islas Ryukyu. Ambos han sufrido o sufren las mismas tensiones entre estos dos puntos de vista. Al proyectar este libro hemos centrado nuestro interés en el deporte olímpico del taekwondo. Nuestro principal objetivo es aportar ideas a los entrenadores y deportistas que no buscan progresar como «artistas marciales» en general, sino, específicamente, alcanzar una meta deportiva.
¿Por qué? El taekwondo es un deporte en el que la tradición oral y la transmisión directa de conocimientos de maestro a alumno constituyeron la forma esencial de enseñanza-aprendizaje. Es proverbial la escasez de material bibliográfico sobre aspectos clave de nuestro deporte. Consultando a experimentados entrenadores se puede constatar que difícilmente, entre todos, podríamos nombrar diez manuales específicos a los que recurrir para apoyarnos en nuestra labor pedagógica. Los últimos libros dedicados a analizar la competición de taekwondo en España datan de 19931 y 1997.2 Desde entonces se han ido introduciendo numerosos cambios reglamentarios y tecnológicos en nuestro deporte que, sin duda, han modificado el modelo competitivo tradicional.
Así, en las últimas décadas se ha evolucionado desde una situación previa, en la que un deportista entraba en eldojang y practicaba repitiendo técnicas de un modo mecánico durante horas, hasta el momento actual, en el que se analizan los factores que inciden en el rendimiento, desde un punto de vista más científico, para trasladar nuevos planteamientos más efectivos al entrenamiento. Sin embargo, la evolución en la formación y la labor de los entrenadores se ha apoyado más en manuales de las ciencias aplicadas (sobre teoría del entrenamiento, preparación física, pedagogía, didáctica, psicología deportiva, nutrición…) que en literatura específica en la que se analice la lógica interna del combate. A pesar de que en los últimos años se ha registrado un incremento en la producción científica y técnica referente al taekwondo, todavía no hay manuales de divulgación que recojan esas investigaciones. Es preciso, creemos, que nos acostumbremos a publicar nuestras reflexiones y experiencias para contrastarlas con las de otros compañeros, que sean revisadas críticamente y actualizadas permanentemente, como ocurre desde hace décadas en otros deportes.
El primer proyecto serio de investigación relativa al taekwondo deportivo del que hemos tenido conocimiento data del período previo a los Juegos Olímpicos de 1988, celebrados en Seúl. Fue desarrollado en el Centro de Alto Rendimiento de Colorado Springs por Willy Pieter y John Heijmans en 1987.3 Asimismo, la primera tesis doctoral sobre el taekwondo de la que hemos encontrado referencias tiene fecha de 1989 y fue presentada en la Universidad de Montana por Scott Gerald Wohlin.4 Desde entonces se ha avanzado muy lentamente en el hábito de verter los conocimientos en publicaciones a fin de mejorar la formación de todo el colectivo y generar una mayor cultura deportiva con la que enriquecernos todos. De ahí que hayamos recogido en varios capítulos y en la bibliografía algunos textos que hemos manejado y consultado, así como un amplio listado de artículos divulgativos o científicos que se han venido publicando en estos últimos años, a los que dirigirse en busca de respuestas o nuevas perspectivas de análisis del taekwondo.
Este libro no es, ya lo veis, un manual de autodefensa o de aprendizaje de un arte marcial; pretende más bien aportar nuestro pequeño grano de arena divulgando conocimientos y experiencias adquiridos a lo largo de años de práctica y de competición deportiva. Hemos intentado resumir horas y horas de visionado de combates en directo, en grabaciones Beta o VHS, con cámaras digitales, con tabletas y, finalmente, a partir de retransmisiones por Internet. También hemos tratado de recoger el fruto de nuestra evolución personal desde las primeras experiencias empíricas de entrenamiento con las que tratábamos de ir más allá de la práctica tradicional; así como destilar el producto de la preparación de cursos ystages impartidos en múltiples lugares, de las charlas compartidas con tantos y tantos entrenadores amigos, del tiempo dedicado a observar en el gimnasio y el