Jornada segunda
(Salen Quintana y doña Juana, de mujer.)
Quintana No sé a quién te comparar:
Pedro de Urdemalas eres;
pero, ¿cuándo las mujeres
no supistes enredar?
Juana Esto, Quintana, hasta aquí
es lo que me ha sucedido.
Doña Inés pierde el sentido
con la libertad por mí;
don Martín anda buscando
este don Gil que en su amor
y nombre es competidor,
mas con tal recato ando
huyéndole la presencia
que desatinado entiende
que soy hechicero o duende.
Pierde el viejo la paciencia
porque la tal doña Inés
ni sus ruegos obedece
ni a don Martín apetece,
y de tal manera es
el amor que me ha cobrado,
que como no vuelvo a vella,
desde entonces atropella
con pundonores de estado.
Y como de mí no sabe,
no hay paje o criado en casa,
ni gente por ella pasa,
con quien llorando no acabe
que me busque.
Quintana Si te pierdes
quizás te pregonará.
Juana A los que me buscan da
por señas mis calzas verdes.
Un don Juan que la servía,
loco de ver su desdén,
para matarme también
me busca.
Quintana Señora mía,
¡ojo a la vida, que anda
en terrible tentación!
Procede con discreción
o perderás la demanda.
Juana Yo me libraré de todo.
Una doña Clara que es
prima de mi doña Inés
también me quiere de modo
que a su [padre] ha persuadido,
si viva la quiere ver,
que me la dé por mujer.
QuintanaHarás notable marido.
Juana A este fin me hace buscar
casi, Quintana, a pregones,
por posadas y mesones,
sin cansarse en preguntar
por un don Gil de unas calzas
verdes, de Valladolid.
Quintana¡Señas son para Madrid
buenas! Bien tu ingenio ensalzas.
Juana El criado que te dije
que en partiéndote de mí
en la Puente recibí
también confuso se aflige
porque desde ayer acá
no ha podido descubrirme,
ni yo ceso de reírme
de ver cuál viene y cuál va
buscándome como aguja
por esta calle, después
de saber de doña Inés
si me esconde alguna bruja.
Y como no halla noticia
de mí, afirmará por cierto
que el dicho don Juan me ha muerto.
QuintanaPondrále ante la justicia.
Juana Bien puede ser porque es fiel,
gran servicial, lindo humor,
y me tiene extraño amor.
Quintana¿Llámase?
Juana Caramanchel.
Quintana Pues bien; agora, ¿a qué fin
te has vuelto mujer?
Juana Engaños
son todos nuevos y extraños
en daño de don Martín.
Esta casa alquilé ayer
con su servicio y ornato...
QuintanaAunque no saldrá barato
no es nuevo agora el haber
en Madrid quien una casa
dé, con todo su apatusco;
el por qué la alquilas busco.
Juana Oye, y sabrás lo que pasa.
Pared enmedio de aquí
vive doña Inés, la dama
de don Martín, que me ama.
Esta mañana la vi,
y dándome el parabién
de la nueva vecindad,
tenemos brava amistad,
porque afirma quiere bien
a un galán de quien retrato
soy vivo, y que en mi presencia
la aflige menos la ausencia
de su proceder ingrato.
Si yo su vecina soy,
podré saber lo que pasa
con don Martín en su casa.
Y como tan cerca estoy,
fácilmente desharé
cuanto trazare en mi daño.
QuintanaRetrato eres del engaño.
Juana Y mi remedio seré.
Quintana En fin, ¿vienes a tener
dos casas?
Juana Con mi escudero
y lacayo.
Quintana ¿Y el dinero?
Juana Joyas tengo que vender
o empeñar.
Quintana ¿Y si se acaban?
Juana Doña Inés contribuirá,
que no ama quien no da.
QuintanaEn otros tiempos no daban.
Vuélvome pues a Vallecas
hasta ver destas marañas
el fin.
Juana Di de mis hazañas.
QuintanaYo apostaré que te truecas
hoy en hombre y en mujer
veinte veces.
Juana Las que viere
que mi remedio requiere,
porque todo es menester.
Mas ¿sabes lo que he pensado
primero que allá te partas?
Que con un pliego de cartas
finjas que agora has llegado
de Valladolid en busca
de mi amante.
Quintana ¿Y a qué fin?
Juana Trae sospechas don Martín
de que quien su amor ofusca
soy yo, que en su seguimiento
desde mi patria he venido
y soy el don Gil fingido.
Para que este pensamiento
no le asegure, será
bien fingir que yo le escribo
desde allá y que por él vivo
como quien sin alma está.
Dirásle tú que me dejas
en un convento encerrada
con sospechas de preñada,
y darásle muchas quejas
de mi parte, y que si sabe
mi padre de mi preñez,
malograré su vejez,
o me ha de dar muerte grave.
Con esto le desatino,
y creyendo que allá estoy
no dirá que don Gil soy.
QuintanaVoyme a poner de camino.
Juana Y yo a escribir.
Quintana Vamos, pues;
darásme la carta escrita.
Juana Ven, que espero una visita.
Quintana¿Visita?
Juana De doña Inés.
(Vanse. Doña Inés con manto, y don Juan.)
Inés Don Juan, donde no hay amor,
pedir celos es locura.
Juan¿Que no hay amor?
Inés La hermosura
del mundo tanto es mayor,
cuanto es la naturaleza
más varia en él, y así quiero
ser mudable, porque espero
tener ansí más belleza.
Juan Si la que es más variable,
ésa es más bella, en ti fundo
la hermosura deste mundo,
porque eres la más mudable.
¿Por un rapaz me desprecias
antes de saber quién es?
¡Por un niño, doña Inés!
InésExcusa palabras necias
y mira, don Juan, que estoy
en casa ajena.
Juan Inconstante,
¡no lograrás a tu amante!
¡A matar tu don Gil voy!
Inés ¿A qué don Gil?
Juan Al rapaz,
ingrata, por quien te pierdes.
InésDon Gil de las calzas verdes
no es quien perturba tu paz.
Así nos dé vida Dios,
que no le he visto después
de aquella tarde. Otro es
el don Gil que priva.
Juan ¿Hay...