: Tirso de Molina
: Don Gil de las calzas verdes
: Linkgua
: 9788498970425
: Teatro
: 1
: CHF 2.70
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: Dramatik
: Spanish
: 152
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  Don Gil de las calzas verdes es una comedia de intriga y enredo obra de Tirso de Molina(1579-1648). Se sabe que fue estrenada en Toledo en julio de 1615, por la compañía de Pedro de Valdés. Se publicó por primera vez en 1635, en la Quarta parte de las comedias del Maestro Tirso de Molina editadas por Francisco Lucas de Ávila, sobrino de Tirso. Don Gil de las calzas verdes es considerada una de las obras más logradas del teatro barroco español, por la calidad de su trama de enredo. Es un ejemplo destacado de uno de los recursos más habituales de la comedia nueva creada por Lope de Vega: el de la doncella disfrazada de varón. Tirso de Molina fue un gran autor de piezas teatrales en las que destacan personajes femeninos de gran fuerza, como esta Doña Juana (protagonista de la obra) que ha de conquistar a su amor verdadero disfrazándose de hombre. Así comienza una serie de enredos hacia el final feliz del amor por encima de todas las cosas. En el trayecto, risas y suspense porque el devenir del quiero y no puedo alienta toda clase de suspicacias y tropiezos peligrosos.

Tirso de Molina

Jornada segunda


(Salen Quintana y doña Juana, de mujer.)

Quintana No sé a quién te comparar:

Pedro de Urdemalas eres;

pero, ¿cuándo las mujeres

no supistes enredar?

Juana Esto, Quintana, hasta aquí

es lo que me ha sucedido.

Doña Inés pierde el sentido

con la libertad por mí;

don Martín anda buscando

este don Gil que en su amor

y nombre es competidor,

mas con tal recato ando

huyéndole la presencia

que desatinado entiende

que soy hechicero o duende.

Pierde el viejo la paciencia

porque la tal doña Inés

ni sus ruegos obedece

ni a don Martín apetece,

y de tal manera es

el amor que me ha cobrado,

que como no vuelvo a vella,

desde entonces atropella

con pundonores de estado.

Y como de mí no sabe,

no hay paje o criado en casa,

ni gente por ella pasa,

con quien llorando no acabe

que me busque.

Quintana Si te pierdes

quizás te pregonará.

Juana A los que me buscan da

por señas mis calzas verdes.

Un don Juan que la servía,

loco de ver su desdén,

para matarme también

me busca.

Quintana Señora mía,

¡ojo a la vida, que anda

en terrible tentación!

Procede con discreción

o perderás la demanda.

Juana Yo me libraré de todo.

Una doña Clara que es

prima de mi doña Inés

también me quiere de modo

que a su [padre] ha persuadido,

si viva la quiere ver,

que me la dé por mujer.

QuintanaHarás notable marido.

Juana A este fin me hace buscar

casi, Quintana, a pregones,

por posadas y mesones,

sin cansarse en preguntar

por un don Gil de unas calzas

verdes, de Valladolid.

Quintana¡Señas son para Madrid

buenas! Bien tu ingenio ensalzas.

Juana El criado que te dije

que en partiéndote de mí

en la Puente recibí

también confuso se aflige

porque desde ayer acá

no ha podido descubrirme,

ni yo ceso de reírme

de ver cuál viene y cuál va

buscándome como aguja

por esta calle, después

de saber de doña Inés

si me esconde alguna bruja.

Y como no halla noticia

de mí, afirmará por cierto

que el dicho don Juan me ha muerto.

QuintanaPondrále ante la justicia.

Juana Bien puede ser porque es fiel,

gran servicial, lindo humor,

y me tiene extraño amor.

Quintana¿Llámase?

Juana Caramanchel.

Quintana Pues bien; agora, ¿a qué fin

te has vuelto mujer?

Juana Engaños

son todos nuevos y extraños

en daño de don Martín.

Esta casa alquilé ayer

con su servicio y ornato...

QuintanaAunque no saldrá barato

no es nuevo agora el haber

en Madrid quien una casa

dé, con todo su apatusco;

el por qué la alquilas busco.

Juana Oye, y sabrás lo que pasa.

Pared enmedio de aquí

vive doña Inés, la dama

de don Martín, que me ama.

Esta mañana la vi,

y dándome el parabién

de la nueva vecindad,

tenemos brava amistad,

porque afirma quiere bien

a un galán de quien retrato

soy vivo, y que en mi presencia

la aflige menos la ausencia

de su proceder ingrato.

Si yo su vecina soy,

podré saber lo que pasa

con don Martín en su casa.

Y como tan cerca estoy,

fácilmente desharé

cuanto trazare en mi daño.

QuintanaRetrato eres del engaño.

Juana Y mi remedio seré.

Quintana En fin, ¿vienes a tener

dos casas?

Juana Con mi escudero

y lacayo.

Quintana ¿Y el dinero?

Juana Joyas tengo que vender

o empeñar.

Quintana ¿Y si se acaban?

Juana Doña Inés contribuirá,

que no ama quien no da.

QuintanaEn otros tiempos no daban.

Vuélvome pues a Vallecas

hasta ver destas marañas

el fin.

Juana Di de mis hazañas.

QuintanaYo apostaré que te truecas

hoy en hombre y en mujer

veinte veces.

Juana Las que viere

que mi remedio requiere,

porque todo es menester.

Mas ¿sabes lo que he pensado

primero que allá te partas?

Que con un pliego de cartas

finjas que agora has llegado

de Valladolid en busca

de mi amante.

Quintana ¿Y a qué fin?

Juana Trae sospechas don Martín

de que quien su amor ofusca

soy yo, que en su seguimiento

desde mi patria he venido

y soy el don Gil fingido.

Para que este pensamiento

no le asegure, será

bien fingir que yo le escribo

desde allá y que por él vivo

como quien sin alma está.

Dirásle tú que me dejas

en un convento encerrada

con sospechas de preñada,

y darásle muchas quejas

de mi parte, y que si sabe

mi padre de mi preñez,

malograré su vejez,

o me ha de dar muerte grave.

Con esto le desatino,

y creyendo que allá estoy

no dirá que don Gil soy.

QuintanaVoyme a poner de camino.

Juana Y yo a escribir.

Quintana Vamos, pues;

darásme la carta escrita.

Juana Ven, que espero una visita.

Quintana¿Visita?

Juana De doña Inés.

(Vanse. Doña Inés con manto, y don Juan.)

Inés Don Juan, donde no hay amor,

pedir celos es locura.

Juan¿Que no hay amor?

Inés La hermosura

del mundo tanto es mayor,

cuanto es la naturaleza

más varia en él, y así quiero

ser mudable, porque espero

tener ansí más belleza.

Juan Si la que es más variable,

ésa es más bella, en ti fundo

la hermosura deste mundo,

porque eres la más mudable.

¿Por un rapaz me desprecias

antes de saber quién es?

¡Por un niño, doña Inés!

InésExcusa palabras necias

y mira, don Juan, que estoy

en casa ajena.

Juan Inconstante,

¡no lograrás a tu amante!

¡A matar tu don Gil voy!

Inés ¿A qué don Gil?

Juan Al rapaz,

ingrata, por quien te pierdes.

InésDon Gil de las calzas verdes

no es quien perturba tu paz.

Así nos dé vida Dios,

que no le he visto después

de aquella tarde. Otro es

el don Gil que priva.

Juan ¿Hay...