: Pedro Calderón de la Barca
: Amado y aborrecido
: Linkgua
: 9788498971040
: Teatro
: 1
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: Dramatik
: Spanish
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Amado y aborrecido. Pedro Calderón de la Barca Fragmento de la obra Jornada primera Salen por una parte Dante, y por otra Aurelio Aurelio: ¿Dónde queda el rey? Dante: Detrás de esos ribazos le dejo, en el alcance empeñado de un jabalí, cuyo riesgo veloz Aminta su hermana sigue también. Aurelio: Según eso, ocasión será de que concluyamos nuestro duelo, con la novedad que está citado. Dante: Para ese efecto esperando estaba a vista de este edificio soberbio. Aurelio: Pues llegad; solos estamos. Dante: ¡Ah del soberano centro donde aprisionada vive toda la región del fuego! Aurelio: ¡Ah de la divina esfera del Sol más hermoso y bello que, a pesar de opuestas nubes, abrasa con sus reflejos!

Pedro Calderón de la Barca

Jornada primera


Salen por una parte Dante, y por otra Aurelio

Aurelio ¿Dónde queda el rey?

Dante Detrás

de esos ribazos le dejo,

en el alcance empeñado

de un jabalí, cuyo riesgo

veloz Aminta su hermana

sigue también.

Aurelio Según eso,

ocasión será de que

concluyamos nuestro duelo,

con la novedad que está

citado.

Dante Para ese efecto

esperando estaba a vista

de este edificio soberbio.

AurelioPues llegad; solos estamos.

Dante ¡Ah del soberano centro

donde aprisionada vive

toda la región del fuego!

Aurelio¡Ah de la divina esfera

del Sol más hermoso y bello

que, a pesar de opuestas nubes,

abrasa con sus reflejos!

Dante ¡Ah del alcázar de amor!

Aurelio¡Ah del abismo de celos!

Dante ¡Patria de la ingratitud!

Aurelio¡Monarquía del desprecio!

Aurelio y Dante ¡Ah de la torre!

(En lo alto salen Nise y Flora.)

Flora y Nise ¿Quién llama...

Nise ...tan sin temor...

Flora ...tan sin miedo

a estos umbrales?

Dante Decid

a vuestro divino dueño...

AurelioDecid a la soberana

deidad de ese humano templo...

Dante ...que a ese mirador se ponga.

Aurelio...que salga a esa almena.

Irene ¡Cielos!

¿Quién para tanta osadía

ha tenido atrevimiento?

¿Quién aquí da voces?

Aurelio y Dante Yo.

Irene Ya con dos causas, no menos

que antes extrañé el oíros,

habré de extrañar el veros,

no tanto porque del rey

atropelléis los decretos,

no tanto porque de mí

aventuréis el respeto,

rompiendo el coto a la línea

de mi espíritu soberbio,

cuanto porque acrisoléis

la ingratitud de mi pecho,

que a par de los dioses juzga

lograr mármoles eternos.

Si de por sí cada uno,

aun en callados afectos

que apenas a estos umbrales

llegaron, cuando volvieron

castigados y no oídos,

examinó mis desprecios,

¿qué hará, unido de los dos,

ahora el atrevimiento?

¿Qué pretendéis? ¿Qué intentáis?

Y ¿con qué efecto, en efecto,

llegáis aquí? ¿Para qué

me dais voces?

Aurelio y DantePara esto.

(Sacan las espadas.)

AurelioQue si de ambos ofendida

estás, ambos pretendemos,

con librarte de una ofensa,

ganar un merecimiento.

Dante Y porque de su valor

quede el otro satisfecho,

queremos que seas testigo

tú misma de nuestro esfuerzo.

AurelioYa partido el Sol está,

pues el Sol nos está viendo.

Dante Yo, porque no esté partido,

lidiaré por verle entero.

(Riñen.)

Irene Tened, tened las espadas;

templad los rayos de acero;

mirad que aun el vencedor

la esgrime contra sí mesmo,

pues no es menor el peligro

de vivir que quedar muerto.

(Siguen riñendo.)

Aurelio¡Qué valor!

Dante ¡Qué bizarría!

Irene Llamad quien de tanto empeño

el riesgo excuse.

Nise ¡Ah del monte!

Flora ¡Cazadores y monteros

del rey!

(Dentro.)

Voz De la torre llaman.

Acudid, acudid presto.

Aurelio¡Que no acabe con tu vida!

Dante ¡Que dures tanto!

(Salen el Rey y gente.)

Rey ¿Qué es esto?

Aurelio y Dante Nada, señor.

Irene (Aparte.) (Las almenas

dejaré. Y pues al rey tengo

tan cerca de mí, han de hablarle

claros hoy mis sentimientos.)

(Vase.)

Rey ¿Qué es esto?, digo otra vez;

y no ya porque pretendo

que afectado el disimulo

desvelar quiera el intento,

sino porque ya empeñado

estoy en que he de saberlo.

¿Qué es esto, Dante?

Dante Señor,

no lo sé.

Rey ¿Qué es esto, Aurelio?

AurelioTampoco sabré decirlo.

Rey ¡Oh, qué recato tan necio

y tan fuera de que llegue

a conseguirse! Y, supuesto

que lo he de saber, mirad

que casi toca el silencio

en especie de traición.

Dante A esa fuerza...

Aurelio A ese precepto...

Dante ...la causa, señor...

Aurelio ...la causa...

Rey Decid.

Dante ...es amor.

Aurelio ...son celos.

Rey Aunque celos y amor sea

respuesta bastante, puesto

que ellos son de acciones tales

culpa disculpada, quiero

más por extenso informarme

de la causa porque, siendo,

como sois, en paz y en guerra

los dos polos de mi imperio,

con quien igual he partido

la gravedad de su peso,

(A Dante.)valeroso tú en las armas,

(A Aurelio.)político tú al gobierno,

no es justo, habiendo llegado

yo, dejar pendiente el duelo

para otra ocasión; y así

he de informarme, primero

que le ajuste, de la causa

que tenéis.

Dante Yo fío de Aurelio

tanto, señor —porque al fin,

sobre ser quien es, le tengo

por competidor y mal,

sin ser noble, podía serlo—,

que lo que él diga será

la verdad; y así te ruego

la oigas dél, pues cuando no

estuviera satisfecho

de su valor y su sangre,

por no decirla yo, pienso

que me dejara vencer,

aun en lo dudoso, a precio

de que mi voz no rompiera

las cárceles del silencio.

AurelioCuando no me diera Dante

licencia de hablar primero,

la pidiera yo, porqué

tan obediente al precepto

de tu voz estoy que, al ver

que tú gustas de saberlo,

aunque es mi afecto tan noble

como el suyo, hiciera menos

en callarlo que en decirlo.

Y es fácil el argumento,

pues en materias de amor

siempre calla un caballero

y no siempre un rey pregunta.

Dante Dices bien, y yo me alegro

que en callar y hablar los dos

tan de un parecer estemos

que, hablando tú y yo callando,

quedemos los dos bien puestos.

AurelioUn día, señor...

(Salen Aminta y damas.)

Aminta Hermano,

¿qué es la causa que te ha hecho

dejar la caza y venir

otra novedad siguiendo?

Rey De Aurelio, Aminta, lo oirás,

pues que llegas a buen tiempo.

Dante (Aparte.) (No llega sino a bien malo.)

Rey Prosigue, pues.

Aurelio Oye atento.

Un día, señor, que a caza

saliste a este sitio ameno,

y yo contigo, llamado

de la ladra de...