: Jerry Hopkins, Danny Sugerman
: De aquí nadie sale vivo La vida de Jim Morrison
: CAPITÁN SWING LIBROS
: 9788494969393
: Especiales
: 1
: CHF 8.80
:
: Biographien, Autobiographien
: Spanish
: 384
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
El 3 de julio de 1971, Jim Morrison moría en París, y no de sífilis -atravesando la misma crisis demencial que sus dos grandes maestros, Rimbaud y Nietzsche-, sino envuelto en el más profundo misterio.Aquí está Jim Morrison en toda su complejidad: cantante, filósofo, poeta, delincuente. El brillante, carismático y obsesionado buscador que rechazó la autoridad en cualquier forma, el explorador que analizó 'los límites de la realidad para ver qué pasaría'. Tras siete años de trabajo, esta biografía mundialmente famosa y definitiva, es la obra de dos hombres cuya empatía y experiencia con Jim Morrison los preparó para contar esta tragedia moderna: Jerry Hopkins, que mantuvo una extensa entrevista con Morrison poco antes de su muerte, y Danny Sugerman, confidente y asistente en el estudio del grupo desde los trece años. Esta obra no aclara el mito, no desvela grandes secretos o relatos perturbadores, simplemente nos acerca a la figura de este dios del rock, durante los veintisiete años que pudo o quiso vivir, sumergidos en sonidos psicodélicos, drogas, mujeres, conciertos, poesía, bourbon y un impresionante magnetismo que aún hoy mantiene atrapadas a miles de personas. La historia de un joven cuya corta vida y muerte encapsularon los altos y bajos de los míticos años sesenta.

Jerry Hopkins, Camden (EE.UU.), 1935 Periodista y escritor estadounidense, corresponsal y editor colaborador de la revista Rolling Stone, y autor de 36 libros. En 1969 dejó temporalmente Rolling Stone para escribir la biografía de Elvis y comenzó a investigar sobre Morrison. De aquí nadie sale vivo fue rechazado por más de 30 editores antes de su publicación en 1980, cuando encabezó la lista de best sellers del New York Times y fue acreditada por muchos como la mejor biografía de los Doors, e inspiró un nuevo género editorial, la biografía de rock. Más tarde publicó una continuación de la biografía de Elvis junto con biografías de Jimi Hendrix, David Bowie, Yoko Ono y Raquel Welch. Danny Sugerman, Los Ángeles (EE.UU.), 1954 - 2005 Representante artístico del grupo The Doors durante sus tres últimas décadas, dirigió a otros artistas como Ray Manzarek o Iggy Pop. Además de De aquí nadie sale vivo, también escribió Appetite For Destruction: The Days of Guns N' Roses (1991). Casado con Fawn Hall, juntos conocieron al cofundador de MP3.com, Rod Underhill, cuando Hall trabajaba allí. Underhill declaró más tarde que 'Sugerman era muy interesante, y visualmente era un calco de Jim Morrison, el mismo tipo de corte de pelo, ropa similar, la semejanza era extraña'. Sugerman discutió su idealización de Morrison en detalle en parte de su libro Wonderland Avenue.

01


En cierta ocasión, cuando la nieve cubría las montañas de las afueras de Albuquerque, cerca del pico Sandía, Steve y Clara Morrison llevaron a sus hijos a jugar con un trineo. Steve estaba destinado en la cercana base aérea de Kirtland, como oficial ejecutivo y subjefe en las Instalaciones de Armas Especiales Aeronavales. En realidad, se trataba de energía atómica, un tema bastante misterioso por aquel entonces y del cual Steve nunca hablaba en casa.

Era el invierno de 1955, y Jim Morrison había cumplido doce años unas semanas antes. En menos de un mes, su hermana Anne, que se estaba convirtiendo en un marimacho gordinflón, cumpliría los nueve. Su hermano Andy, un poco más fornido que él, tenía seis.

La imagen era típicamente invernal: al fondo, las montañas nevadas de Sangre de Cristo, en Nuevo México; en primer plano, mejillas sonrosadas, cabellos oscuros al viento, casi ocultos por los cálidos gorros. Niños saludables, con gruesos abrigos, trepando a un trineo de madera. No nevaba, pero el viento de la montaña soplaba en ráfagas secas, hirientes.

En la cresta de la ladera, Jim colocó a Andy en la parte delantera del trineo. Anne se situó detrás de Andy y Jim se apretujó en la parte trasera. Con las manos enguantadas, se impulsaron hacia delante y salieron deslizándose entre gritos y aullidos.

Cada vez iban más deprisa. A lo lejos, aproximándose rápidamente, una cabaña.

El trineo se aceleraba ladera abajo como una nave rasgando el frío del espacio exterior. A Andy le entró pánico.

—¡Saltemos! —gritó—. ¡Saltemos! ¡Saltemos!

Los chanclos de Andy estaban atrapados bajo la parte delantera del trineo. Intentó empujar hacia atrás para liberarse, pero Anne, que estaba detrás de él, no podía moverse. Jim empujaba hacia delante desde la parte trasera, aprisionándoles sin remedio.

La cabaña se aproximaba rápidamente.

—¡Saltemos! ¡Saltemos!

El trineo se encontraba a menos de veinte metros de la parte lateral de la cabaña, y la trayectoria aseguraba una terrible colisión. Anne tenía la mirada clavada al frente, con los rasgos de la cara paralizados por el terror. Andy gimoteaba.

El trineo se desvió ligeramente a causa de algún pequeño obstáculo y, a dos metros de la cabaña, el padre lo frenó. Mientras salían despedidos del trineo, Anne, histérica, balbuceaba que Jim les había aprisionado para que no escaparan. Andy no dejaba de llorar. Steve y Clara Morrison intentaban calmar a sus hijos menores.

Jim estaba de pie, a su lado, con cara de satisfacción.

—Solo nos estábamos divirtiendo —dijo.

La madre de Jim, Clara Clarke, tenía cinco hermanos. Era la hija algo excéntrica y divertida de un abogado inconformista de Wisconsin que, en cierta ocasión, había sido candidato a un cargo público por el partido comunista. Su madre había muerto cuando Clara aún era adolescente. En 1941, con veintiún años y habiéndose trasladado su padre a Alaska para trabajar de carpintero, Clara fue a visitar a su hermana, que estaba embarazada, a Hawái. En un baile de la marina, conoció al padre de Jim, Steve.

Steve se había criado en una pequeña ciudad de Florida, tenía dos hermanas y era el único hijo varón del conservador propietario de una lavandería. De niño, le habían puesto inyecciones en las tiroides para estimular el crecimiento. En el instituto, su primo y mejor amigo le describía como «un vaquero del campus, una especie de santurrón, un metodista enérgico, pero popular entre las chicas». Steve se graduó en la Academia Naval de Estados Unidos con cuatro meses de adelanto, en febrero de 1941, ya que el programa de instrucción se aceleró para dar una nueva promoción de oficiales ante la inminente guerra mundial.

Steve y Clara se conocieron casi al mismo tiempo que los japoneses bombardeaban Pearl Harbor. Se casaron rápidamente, en abril de 1942, poco antes de que el barco minador de Steve abandonara el dique seco para volver al servicio en el Pacífico Norte.

Al año siguiente, le destinaron a Pensacola, Florida, para hacer instrucción de vuelo y, justo once meses después, el 8 de diciembre de 1943, James Douglas Morrison se unía albaby-boom de la guerra, en Melbourne, Florida, cerca de lo que hoy es Cabo Cañaveral.

Su padre le dejó a los seis meses para volver al Pacífico y pilotar cazas desde un portaaviones. Durante los tres años siguientes, Clara y su pequeño vivieron con los padres de Steve en Clearwater. La casa, situada en pleno golfo de México, se regía por unas reglas cuidadosamente prescritas, y sus residentes eran gobernados por clichés victorianos: los niños se deben ver, pero no oír…, ignora las cosas desagradables y desaparecerán…