Capítulo 1. Historia y principios de la Psicología Clínica
Antes de poder ver la evolución de la Psicología Clínica a lo largo del tiempo hay que tener en cuenta que se trata de una rama de la Psicología, ciencia que surgió del ámbito experimental gracias al laboratorio de investigación de los procesos psicofisiológicos en la segunda mitad del siglo XIX por Wilhelm Wundt.
Eso no quiere decir que con anterioridad no se hubiesen realizado estudios y observaciones en el ámbito de la psicología e incluso de la psicología clínica, pero se había hecho desde otras ciencias como era la filosofía, la antropología o la medicina, pero todo ello sin una base ni modelo explicativo que lo sustentase.
A partir de este primer laboratorio de psicología empiezan a surgir investigadores “preocupados” por este nuevo campo, que van aportando datos, experiencias y teorías, que tratan de dar cuenta de lo que hasta ahora se había denominado “mente” y que en muchos círculos científicos era considerado como pseudociencia.
Actualmente y gracias a los avances en psicometría, neurología y otras ciencias se ha podido comprobar y observar los fenómenos descritos por la psicología, confirmando o rebatiendo las teorías explicativas del momento.
Con respecto a la salud mental se produjeron grandes avances al incorporar el método científico en las observaciones y el tratamiento empleado, donde además de los aspectos meramente físicos (signos) se tenían en cuenta a las personas en su conjunto (síntomas).
Fueron muchas las aproximaciones que en los primeros momentos del surgimiento de la psicología clínica trataban de dar cuenta del origen y tratamiento más adecuado, como en el caso del mesmerismo de Franz Mésmer, que conformó las bases de la Hipnosis Clínica actual.
Sobre la misma época surgió la denominada de Medicina Antropológica, quienes desarrollan el término de “patología biográfica” que posteriormente será retomado, el cual indica que las patologías pueden ser comprendidas y entendidas si se atiende a la biografía del paciente.
De ésta forma se incorpora, a los procesos médicos, la vida íntima del paciente, que hasta este momento no se había tenido en cuenta, como sus pasiones, conflictos y tensiones insatisfechas; igualmente se establece que la relación médico-paciente debe de tener en cuenta más a la sintomatología de la persona y no tanto a los signos.
Una de las teorías que ha llegado hasta nue