: Lope de Vega
: El perro del hortelano Biblioteca de Grandes Escritores
: IberiaLiteratura
: 9783959280686
: Biblioteca de Grandes Escritores
: 1
: CHF 0.90
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: Erzählende Literatur
: Spanish
: 182
: kein Kopierschutz
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Ebook con un sumario dinámico y detallado: Todo empieza cuando Teodoro y Marcela están hablando en la terraza del castillo de la condesa Diana. Tristán vigila en la puerta, ve que se acerca Fabio, y Teodoro y Tristán se dan a la fuga empujando a Fabio que cae rodando por las escaleras. Después llega la condesa, que intuye por la situación que algún hombre ha entrado. Después de deducirlo todo, habla con Marcela y ésta le confiesa todo, tras esto la condesa decide que Marcela y Teodoro pueden casarse, pero en realidad ella está enamorada de Teodoro. Diana escribe una carta de amor a Teodoro y éste al ver que tiene posibilidades con la condesa rechaza a Marcela, esta por venganza se va con Fabio que se la ha declarado aprovechando la baja moral de Marcela. A los pocos días la condesa recibe a su dos pretendientes, el conde Federico y el marqués don Ricardo, y escogiendo a su futuro esposo, rechazando a Teodoro quien muy entristecido por la decepción, intenta volver con Marcela, que le rechaza aludiendo que está con Fabio. Pero los dos se acabarán reconciliando rápidamente, mientras la condesa Diana les está espiando. Diana otra vez celosa habla a solas con Teodoro y le hace entender que está enamorada de él (cosa que le avergüenza, ya que no tiene sangre noble y es una deshonra para su reputación). Al acabar de hablar, Teodoro habla con Marcela y le dice que Diana quiere que se case con Fabio, y por tanto tiene que hacerlo. Marcela se da cuenta que cuando no lo quiere la condesa, él la quiere a ella. Poco después Diana rechaza al marqués Ricardo y Teodoro habla con Diana para decirle que no quiere más falsas esperanzas y se va con Marcela, justamente lo que la condesa no quería. Al notar Ricardo y Federico el amor de la condesa por Teodoro y además de que no es de sangre noble, encargan a Tristán que lo mate después de negociar el precio. Este se lo cuenta todo a su amo e ingenia un plan para ayudarle.

Acto II


 

 Salen el CONDE FEDERICO y LEONIDO, criado.

  FEDERICO ¿Aquí la viste?   LEONIDO Aquí entró  como el alba por un prado,  que a su tapete bordado  la primera luz le dio;  y según la devoción,  no pienso que tardarán,  que conozco al capellán  y es más breve que es razón.   FEDERICO ¡Ay, si la pudiese hablar!   LEONIDO Siendo tú su primo, es cosa  acompañarla forzosa.   FEDERICO El pretenderme casar  ha hecho ya sospechoso  mi parentesco, Leonido,  que antes de haberla querido  nunca estuve temeroso.  Verás que un hombre visita  una dama libremente  por conocido o pariente  mientras no la solicita,  pero en llegando a querella,  aunque de todos se guarde,  menos entra, y más cobarde,  y apenas habla con ella.  Tal me ha sucedido a mí  con mi prima la Condesa,  tanto, que de amar me pesa,  pues lo más del bien perdí,  pues me estaba mejor vella  tan libre como solía.  (Salen el MARQUÉS RICARDO y CELIO.)

  CELIO A pie digo que salía,  y alguna gente con ella.   RICARDO Por estar la Iglesia enfrente  y por preciarse del talle  ha querido honrar la calle.   CELIO ¿No has visto por el Oriente  salir, serena mañana,  el sol con mil rayos de oro,  cuando dora el blanco Toro  que pace campos de grana  (que así llamaba un poeta  los primeros arreboles)?  Pues tal salió, con dos soles,  más hermosa y más perfecta,  la bellísima Diana,  la condesa de Belflor.   RICARDO Mi amor te ha vuelto pintor  de tan serena mañana,  y hácesla sol con razón,  porque el sol, en sus caminos,  va pasando varios signos  que sus pretendientes son.  Mira que allí Federico  aguarda sus rayos de oro.   CELIO ¿Cuál de los dos será el Toro  a quien hoy al sol aplico?   RICARDO Él, por primera afición,  aunque del nombre se guarde,  que yo, para entrar más tarde,  seré el signo de León.   FEDERICO ¿Es aquel Ricardo?   LEONIDO Él es.   FEDERICO Fuera maravilla rara  que deste puesto faltara.   LEONIDO ¡Gallardo viene el Marqués!   FEDERICO No pudieras decir más  si tú fueras el celoso.   LEONIDO ¿Celos tienes?   FEDERICO ¿No es