: Stendhal, Henri Beyle
: Obras - Coleccion de Stendhal
: IberiaLiteratura
: 9783959285216
: 1
: CHF 0.90
:
: Erzählende Literatur
: Spanish
: 2122
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Ebook con un sumario dinámico y detallado: El arca y el aparecido Philibert Lescale San Francisco en Ripa La cartuja de Parma Rojo y Negro Henri Beyle, Grenoble, 1783 - París, 1842, más conocido por su seudónimo Stendhal, fue un escritor francés del siglo XIX. Valorado por su agudo análisis de la psicología de sus personajes y la concisión de su estilo, es considerado uno de los primeros y más importantes literatos del Realismo. Es conocido sobre todo por sus novelas Rojo y negro (Le Rouge et le Noir, 1830) y La cartuja de Parma (La chartreuse de Parme, 1839).

Henri Beyle, Grenoble, 1783 - París, 1842, más conocido por su seudónimo Stendhal, fue un escritor francés del siglo XIX. Valorado por su agudo análisis de la psicología de sus personajes y la concisión de su estilo, es considerado uno de los primeros y más importantes literatos del Realismo. Es conocido sobre todo por sus novelas Rojo y negro (Le Rouge et le Noir, 1830) y La cartuja de Parma (La chartreuse de Parme, 1839).

San Francisco en Ripa


 

Aristo y Dorante han tratado este tema,
lo que ha dado a Erasto la idea de tratarlo también.


de septiembre

Traduzco de un cronista italiano los detalles de los amores de una princesa romana con un francés. Sucedió en , a comienzos del siglo pasado. Todos los abusos del nepotismo florecían entonces en Roma. Nunca aquella corte había sido más brillante. Reinaba Benedicto XIII (Orsini), o más bien su sobrino, el príncipe Campobasso, que dirigía en nombre de aquél todos los asuntos grandes y pequeños. Desde todas partes, los extranjeros afluían a Roma, los príncipes italianos, los nobles de España, ricos aún por el oro del Nuevo Mundo, acudían en masa. Cualquier hombre rico y poderoso se encontraba allí por encima de las leyes. La galantería y la magnificencia parecían ser la única ocupación de tantos extranjeros y nacionales reunidos.

Las dos sobrinas del Papa, la condesa Orsini y la princesa Campobasso, se repartían el poder de su tío y los homenajes de la corte. Su belleza las habría hecho destacar incluso en los últimos puestos de la sociedad. La Orsini, como se dice familiarmente en Roma, era alegre y disinvolta; la Campobasso, tierna y piadosa; pero un alma tierna susceptible de los más violentos arrebatos. Sin ser enemigas declaradas, aunque se encontraban todos los días en los apartamentos del Papa y se veían a menudo en sus propias casas, las damas eran rivales en todo: en belleza, en influencia y en riqueza.

La condesa Orsini, menos bonita, pero brillante, ligera, activa, intrigante, tenía unos amantes de los que apenas se ocupaba y que no reinaban más de un día. Su felicidad consistía en ver a doscientas personas en su salón y en reinar sobre ellas. Se burlaba mucho de su prima, la Campobasso, que, después de haberse dejado ver por todas partes tres años seguidos con un duque español, había acabado por ordenarle que abandonara Roma en el plazo de veinticuatro horas y bajo pena de muerte.

-Después de ese gran despido, mi sublime prima no ha vuelto a sonreír. Desde hace unos meses, sobre todo, es evidente que la pobre mujer se muere de aburrimiento o de amor, y su marido, que no es tonto, hace pasar ese aburrimiento a los ojos del Papa, nuestro tío, por la más alta piedad. No me sorprendería que esa piedad la condujera a emprender una peregrinación a España.

La Campobasso estaba muy lejos de añorar a su español, quien durante cerca de dos años la había aburrido soberanamente. Si lo hubiera añorado, lo habría mandado a buscar, pues era uno de esos caracteres naturales y apasionados como no es raro encontrar en Roma. De una devoción exaltada, aunque apenas tenía veintitrés años y se hallaba en la flor de la belleza, se arrojaba a veces a las rodillas de su tío suplicándole que le diese la bendición papal, que, como pocos sabe