: Jane Austen
: Sentido y sensibilidad Biblioteca de Grandes Escritores
: IberiaLiteratura
: 9783959282055
: Biblioteca de Grandes Escritores
: 1
: CHF 0.90
:
: Erzählende Literatur
: Spanish
: 2469
: kein Kopierschutz
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Ebook con un sumario dinámico y detallado: Sense and Sensibility, título original en inglés, también conocida como Sensatez y sentimientos, Juicio y sentimiento, Juicio y sensibilidad o Sentido y sensibilidad, es una novela de la escritora británica Jane Austen publicada en 1811. Fue la primera de las novelas de Austen en ser publicadas, bajo el seudónimo de 'A Lady' (una dama). Ha sido adaptada para el cine y la televisión numerosas veces, destacando la versión de Ang Lee en 1995.

CAPÍTULO II





La señora de John Dashwood se instaló como dueña y señora de Norland, y su suegra y cuñadas descendieron a la categoría de visitantes. En tanto tales, sin embargo, las trataba con tranquila urbanidad, y su marido con tanta bondad como le era posible sentir hacia cualquiera más allá de sí mismo, su esposa e hijo. Realmente les insistió, con alguna tenacidad, para que consideraran Norland como su hogar; y dado que ningún proyecto le parecía tan conveniente a la señora Dashwood como permanecer allí hasta acomodarse en una casa de la vecindad, aceptó su invitación.

Quedarse en un lugar donde todo le recordaba antiguos deleites, era exactamente lo que sentaba a su mente. En los buenos tiempos, nadie tenía un temperamento más alegre que el de ella o poseía en mayor grado esa optimista expectativa de felicidad que es la felicidad misma. Pero también en la pena se dejaba llevar por la fantasía, y se hacía tan inaccesible al consuelo como en el placer estaba más allá de toda moderación.

La señora de John Dashwood no aprobaba en absoluto lo que su esposo se proponía hacer por sus hermanas. Disminuir en tres mil libras la fortuna de su querido muchachito significaría empobrecerlo de la manera más atroz. Le imploró pensarlo mejor. ¿Cómo podría justificarse ante sí mismo si privara a su hijo, su único hijo, de tan enorme suma? ¿Y qué derecho podían tener las señoritas Dashwood, que eran sólo sus medias hermanas —lo que para ella significaba que no eran realmente parientes—, a exigir de su generosidad una cantidad tan grande? Era bien sabido que no se podía esperar ninguna clase de afecto entre los hijos de distintos matrimonios de un hombre; y, ¿por qué habían de arruinarse, él y su pobrecito Harry, regalándoles a sus medias hermanas todo su dinero?

—Fue la última petición de mi padre —respondió su esposo—, que yo ayudara a su viuda y a sus hijas.

—Me atrevería a decir que no sabía de qué estaba hablando; diez a uno a que le estaba fallando la cabeza en ese momento. Si hubiera estado en sus cabales no podría habérsele ocurrido pedirte algo así, que despojaras a tu propio hijo de la mitad de tu fortuna.

—Mi querida Fanny, él no estipuló ninguna cantidad en particular; tan sólo me pidió, en términos generales, que las apoyara e hiciera de su situación algo más desahogada de lo que estaba en sus manos hacer. Quizá habría sido mejor que dejara todo a mi criterio. D