Jornada segunda
(Descubre un palacio muy suntuoso, y van saliendo todas las damas por diferentes partes y llegan a la puerta, y sale Circe.)
LibiaSeñora, ¿qué llanto es este?
Astrea¿Qué pena, señora, es esta?
Clori¿Tú lágrimas en los ojos?
Flérida¿Tú suspiros y tú quejas?
Tisbe¿Qué ocasión pudo moverte5
a que sentimientos tengas?
CasimiraLos males comunicados
se alivian si no se vencen.
CirceQuien tiene de qué quejarse,
¡oh cuánto en quejarse yerra!;10
que la justicia del llanto
hace apacibles las penas.
Yo así mi tristeza quiero
que tan poco no me deba,
que en repetirla procure15
hacer menor mi tristeza.
Dejadme sola.
[Aparte Libia y Astrea.]
Astrea ¿Oyes, Libia?
LibiaRazonablemente, Astrea.
Astrea¡Plegue a Amor que estos extremos
lo que yo pienso no sean!20
Libia¡Plegue a Amor que sí! ¿Acaso
qué es lo que plegamos piensas?
Pues si es amor la ocasión
dellos, y ella a ver se llega
enamorada, dará...25
Astrea¿Qué?
Libia Libertad de conciencia.
AstreaHolgareme de salir
de religión tan estrecha
como es el honor. Vestales
vírgenes Diana celebra30
entre gentes; mas nosotras,
entre animales y fieras,
somos vírgenes bestiales.
LibiaCalla porque no lo entienda.
(Vanse todas.)
CirceFlérida, tú no te ausentes:35
sola conmigo te queda,
que tengo que hablarte sola.
Flérida (Aparte.)Sin duda, ¡cielos!, que intenta
darme castigo mayor
que el que en la dura corteza40
tuve porque hablé esta tarde
a Lisidas.
Circe Oye atenta.
Este Ulises, este griego
que esa marítima bestia
subió sin duda en el mar45
para escupirle en la tierra;
este que a la discreción
de los vientos, con deshecha
fortuna, tan derrotado
llegó a tocar estas selvas;50
este que trujo deidad
superior en su defensa,
pues burlando mis encantos
les tiraniza la fuerza;
este, pues, que mi hospedaje55
cortesanamente aceta,
adonde hoy tan divertido
vive olvidado de Grecia:
como si fuera mi vida
Troya, ha introducido en ella60
tanto fuego, que en cenizas
no dudo que se resuelva.
Y con razón, porque ya,
en callado fuego envuelto,
cada aliento es un volcán,65
cada suspiro es un Etna.
Quisiera... «Quisiera» dije:
mal empecé, pues si es fuerza
querer, Flérida, y ya quiero,
me erré en decir que quisiera.70
Quiero, digo; pero quiero
tanto a mi ambición atenta,
que quiero a Ulises y no
quiero que Ulises lo entienda.
Agora te admirarás75
de que yo, que tan soberbia
tu amor reñí, te fíe el mío;
pero admiraraste necia,
porque la causa mayor,
porque la ocasión más cierta80
de incurrir en una culpa
es haber dicho mal della.
Y porque el contar delitos
a quien es cómplice cuesta
menos vergüenza, yo quise85
regatear esta vergüenza
y, porque me cueste menos,
decirlos a quien los sepa.
Yo amo, en fin, Flérida mía:
vengada estás de mi ofensa.90
Pluguiera a Júpiter santo
tú transformarme pudieras
a mí en insensible planta,
que yo te lo agradeciera;
porque si supiera entonces95
lo que es amor, más quisiera
verte enamorada y viva
que no enamorada y muerta.
Enamorada, en efeto,
llego, y pues tú a saber llegas100
qué es amor, de ti pretendo
ayudar una cautela;
y es que, para poder yo
hablar con él sin que él sepa
que soy yo la que le habla,105
tú con ruegos y finezas
le has de enamorar de día,
y diciéndole que venga
de noche a hablarte, estaré
yo, con tu nombre encubierta,110
donde mi altivez, mi honor,
mi vanidad, mi soberbia,
mi respeto, mi decoro
no se rindan y...
Flérida Oye, espera,
que quieres hacer en mí115
dos costosas experiencias.
Yo amo a Lisidas, y tú,
cruel señora, me ordenas
que disimule el amarle;
yo no amo a Ulises y intentas120
que amarle finja; pues, ¿cómo,
a dos afectos atenta,
quieres que olvide a quien quiero
y que a quien olvido quiera?
Damas tienes con quien hoy125
partir los afectos puedas;
a un alma basta un cuidado.
CirceY aun la misma causa es esa.
Yo sé que quien llega a estar
enamorada no deja130
lugar para otro cuidado
en el alma; luego acierta
quien a ella el suyo le fía,
pues que no peligra en ella
el riesgo de enamorarse,135
pues ya lo está; de manera
que tú no me darás celos,
y otra sí, cuando te vea
con Ulises, pues tu amor
sanea la contingencia.140
Esto ha de ser en efeto.
Mas, ¿qué ruido es ese?
Flérida Llegan
dos criados aquí, y traen
sin duda alguna pendencia.
CirceRetírate, que no quiero145
que a todas horas me vean,
y escuchemos desde aquí
lo que tratan en mi ausencia.
(Retíranse, y salen Lebrel y Clarín.)
LebrelDigo que es la mejor vida
que tuve en mi vida aquesta.150
Clarín¿Eso dices?
Lebrel Esto digo,
y que en el mundo no hay tierra
como Trinacria, y que Circe
es un ángel en belleza
y condición.
Clarín Estás loco.155
LebrelDime, ¿ella no nos hospeda
como a unos reyes?
Clarín Es cierto;
mas mucho mejor nos fuera
que en sus palacios estar
en un bodegón de Grecia.160
Lebrel¿No comemos lindamente?
ClarínNo; que no hay comida buena
adonde no doy bocado
que no piense que me deja
hecho un cochino.
Lebrel No es165
tan malo como tú piensas,
que yo lo fui y no me hallaba eso
mal con serlo; de manera
que a cuantos cochinos hay
sin aliño y sin limpieza170
disculpo, porque se ahorran
de muchas impertinencias.
Y al caso: ¿dónde hallarás
una cama tan compuesta?
ClarínNo está el descanso en la cama,175
ni hay pícaro que no duerma
sin penas en un pajar
mejor que un señor con ellas
en un cama dorada.
Lebrel¿Dónde estos jardines...