: Juan Francisco Manzano
: Zafira
: Linkgua
: 9788498975000
: Teatro
: 1
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: Dramatik
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Zafira es una obra dramática de Juan Francisco Manzano relata un conflicto dinástico ambientado en Mauritania. Fragmento de la obra ACTO PRIMERO. LA VUELTA DE SELIM El teatro représenla el gabinete de Zafira, entrada al frente, reja a la izquierda y puerta a la derecha. Escena I Zafira: (En traje de luto después de observar por la reja.) Por fin amaneció y un nuevo día Viene a unirse a los muchos que mi llanto Regado deja infortunadamente Para siempre quizás. ¡Oh! cuántos años Impulsada de dulces esperanzas, Palpitando de gozos he juzgado Al término llegar de mis pesares Creyéndome felice: ¡pero cuántos, Al tocar los objetos que me brinda De la ventura la engañosa mano, Convirtiéndose todos en pesares Solo cogí terribles desengaños, De dolores sin fin! ¡Oh Dios eterno. Hasta cuando amarguras, hasta cuando!

Juan Francisco Manzano (1797-...). Cuba. En algún día del mes de agosto de 1797 nació, esclavo, el primer hombre de piel negra que leyó en público en Cuba sus propios poemas. Se trataba del soneto 'Mis treinta años', leído en la tertulia de Domingo del Monte en 1836 y publicado un año después. El poeta tenía cuarenta años y cierta fama lo había precedido en aquella incursión. Quince años atrás había publicado con licencia de sus amos, Cantos a Lesbia en 1821 y luego, en 1830, Flores Pasageras (sic), de los cuales no se conserva ni un solo ejemplar. De aquella lectura y del interés de Del Monte surgió la idea de recaudar los 850 pesos que exigió la dueña para comprar la libertad de Manzano, de modo que en 1837 era ya libre cuando fueron publicados en El aguinaldo habanero los sonetos 'A la ciudad de Matanzas' y 'Mis treinta años'. De aquella lectura del año 1836 salió también la proposición de Del Monte para que el esclavo escribiera su autobiografía. Su primera parte fue publicada primero en inglés gracias al interés de Richard R. Madden, quien tradujo una copia corregida por Anselmo Suárez y Romero. Sólo mucho después apareció la versión original. La segunda parte de la Autobiografía de Manzano se perdió.

ACTO SEGUNDO. EL RECONOCIMIENTO


Continúa la misma decoración y sale Zafira por donde partió.

Escena I


ZafiraNada en mis dudas aclarar consigo,

Y Colifa aún no vuelve, el tiempo vuela,

Barbarroja triunfante de los pueblos

Que osaron levantarse, ya se acerca,

Y la sangre a correr torna de nuevo

Para brindarme como fruto de ella

La elevación a un trono... ¡Oh! nunca, nunca

Sus gradas pisaré: la tumba encierra

Más sublime expresión para mi alma.

Escena II


Dicha y Dalí con júbilo y reserva.

DalíParticipa conmigo alegres nuevas.

Zafira (Con tristeza.)¡Las habrá para mí!

Dalí(Déjase ver Selim al frente como oyendo.)

Selim tu hijo.

A quien la suerte próspera sustenta...

Zafira(Interrumpiéndole.)

¿Ha vuelto a Mauritania, tú le has visto?

¿Quién le aleja de mí, dónde se hospeda?

¿Dudará de mi amor?

DalíNo: te equivocas,

Pluguiera al justo cielo que tan cerca

De nosotros se hallase; pero pronto

Le veremos aquí. La vez aquella

Que cual sombra salida del averno,

Con faz adusta de pavor cubierta

Un mensajero oscuro y misterioso

Aquí vino a dejar la triste nueva

De su temprana muerte, que gemimos,

Y con felicidad cumplió su empresa

Hablando de tal modo que el monarca

Nada temiese ya de su existencia,

Fue sólo de tu hijo un emisario

Que descubrir tu situación debiera.

ZafiraCon que vive, gran Dios!!!

DalíSí, vive, vive;

Y fulminante cual veloz centella

Vuela a nosotros del deber llamado,

Resplandeciente y grande a la manera

Que el astro precursor de la mañana

Por el espacio fúlgido se eleva

Trayendo en pos el luminar del día;

Y al empezar su espléndida carrera

Disípanse las sombras nocturnales

Que hurtan la luz a la dormida tierra

Así, en mi gozo, le contempla el alma

Y de entusiasmo el corazón me llena.

Zafira¿Quién dio noticia tal...?

DalíNo dudes nada

Ese extranjero que a anunciarle llega

Depositando en mí todo el secreto,

Esta carta me dio, he aquí su letra.

(Saca una carta que va abrir; pero sale Selim y lo contiene reprendiéndole: Zafira lo mira con interés queriendo conocerle.)

Escena III


Dichos y Selim

SelimDalí!!!

(Le hace doblar la caria: le habla en secreto mientras Zafira representa.)

Zafira¡Oh!!! ¿es él... acaso será un sueño

Como mil que brillaron en mi idea

Para volar después con mi esperanza?

DalíEs un error, miradla, nada temas:

Ésta es su madre, su infelice madre,

En cuyos ojos de correr no cesa

El llanto consagrado a su memoria:

Habladla, pues.

Selim (Turbado.)¡Qué confusión!... no puedo.

Zafira¡Oh divina bondad, que voz secreta

Llama en mi corazón! Dime extranjero

¿Conocéis a Selim?

SelimY muy de cerca.

Zafira¡Ah cuánta semejanza! ¿Y vuestro nombre?

SelimEs secreto.

(Procurando ocultar su turbación.)

ZafiraSecreto!...

(Se llega a Dalí y hablan entre sí.)

Selim¡Cuánto aqueja

(Aparte con voz reprimida sentimental.)

Este disfraz a mi sensible pecho!

Nunca probé la poderosa fuerza

Del afecto filial, que en mí se inflama

Con tan vehemente ardor ¡Ah! si pudiera

Arrojarme en sus brazos y decirla:

Madre del corazón, madre adorada,

Y embriagado de gozo en sus ternezas

Sentirme renacer, mas no hay remedio

El secreto, es el alma de mi empresa.

Zafira

(Llegándose a Selim.)Mas decidme, extranjero. ¿Qué noticias

Me dais de vuestros padres? sí, dispensa

Este favor a una exaltada madre,

Y en la dulce ilusión que me enajena

Dejadme solazar por un momento.

SelimTengo de Árabes noble descendencia

Y a mis padres conozco ¡desgraciados!

(Aparte.)¡Cuántos desastres la fortuna adversa

Deparó contra ellos...!

ZafiraNo mas vuelva

En vuestros labios a esconderse el habla.

SelimPuesto que le queréis, oíd mis penas,

Bella madre del joven peregrino.

Nací en la Arabia, sin nombrar la tierra

Do abrí los ojos a la luz del mundo,

Os daré de mi vida alguna seña;

Mas tan oscura que el sensible punto

De mi fatalidad, nunca se vea;

Yo vi, en mal hora, amanecer un día

Que en vano para siempre anocheciera,

Ni tan lejos de mí llevóle el tiempo,

Cuando mi corazón que se alimenta

Con su infausta memoria, en todas partes

Como un fantasma aterrador lo encuentra.

Lo encuentra y gimo, porque en él mi padre

Al fallo sucumbió de muerte fiera

Por homicida mano ejecutada.

Entonces ¡ay! la misteriosa estrella

Que el fatalismo sugirió a mi cuna,

Y un destino colmado de fiereza

Me arrancan de los brazos de mi madre

Burlando su dolor y mi inocencia;

Pues por pura piedad un fiel esclavo,

Donde la compasión noble y sincera

Halló el más digno y generoso culto.

Vamos me dijo: que tu muerte es hecha

Si el luminar del día aquí te hallara.

Entonces, de la noche en las tinieblas

Y al amparo de sombras tenebrosas

Me arrebató del lecho en que durmiera

Con parte de mi estirpe sepultada,

Con parte de mi estirpe en las cadenas.

Quince lunas corrí, peregrinando

El pan y el agua en la mayor miseria.

Tributando continuos homenajes

A los que un tiempo mis vasallos fueran:

Faltóme el distintivo de fortuna,

Rodé de su alta gloria en indigencia

A la nada de un mísero vagante

Que con incierto pie su vida lleva

De la amargura el cáliz apurando,

De baldón, en baldón, de mengua, en mengua,

Así corrí gran tiempo abandonado

Al más duro dolor y penitencia,

Coronado de negros huracanes,

Cuya indómita furia en sus soberbias

Lluvias de rayos derramando el suelo,

Parecía querer en mi cabeza

Todo el furor saciar de un Dios terrible;

Cuando indignado contra el hombre truena.

Diez veces a mis plantas vi la muerte,

Pareciéndome oír por donde quiera

El dolorido acento dé una madre

Que atormentada por mi vida incierta

Arrasados en lágrimas sus ojos

Al cielo enderezaba sus querellas;

Y por mí preguntaba, mas en tanto

Sus quejidos me siguen, sus dolencias

Parten mi corazón, y un amor tierno

Con dardos punzadores me penetra.

Zafira (Enajenada.)No más, no más que el alma en su elemento

Los nudos rompe ya que la encadenan

A tan feliz momento... sí... sí... tú eres...

Tú eres mi hijo, el que la más tremenda

Fortuna me arrancó en aciaga noche;

Pero ya qué poder habrá en la tierra

Que me aparte de ti...

(Corre a abrazarlo. Selim la detiene.)

Selim¡Ah! deteneos

Sí: deteneos, por piedad, no sea

Que en tan feliz transporte... ved primero

Que aún no me conocéis, tanta vehemencia

Cual fallo funestísimo no echara

Sobre mi triste vida.

Dalí (Aparte.)¡Oh si tal fuera!

Zafira (Desconsolada.)¡Desventurada madre!

Selim (Bajo.)¡Hijo infelice!

Su triste llanto si enjugar...