: Peter Sloterdijk
: Carla Carmona
: Fiscalidad voluntaria y responsabilidad ciudadana
: Ediciones Siruela
: 9788416208463
: Biblioteca de Ensayo / Serie mayor
: 1
: CHF 8.70
:
: Wirtschaft
: Spanish
: 172
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
En Fiscalidad voluntaria y responsabilidad ciudadana, Peter Sloterdijk explica su provocadora tesis según la cual en una sociedad democrática la recaudación obligatoria de impuestos habría de ser transformada en donativos voluntarios de los ciudadanos a la comunidad. El autor propone la renovación del sistema fiscal como una de las vías para liberar al ciudadano del carácter fantasmal que ha adquirido en la democracia actual. Solo cuando el ciudadano deje de considerarse a sí mismo como deudor y actúe como un orgulloso contribuyente estaremos ante una democracia de verdad participativa, donde los políticos estarían al menos algo más obligados a responder ante las exigencias de los ciudadanos. No se trata de la llamada a una bajada de impuestos, sino de «la intensificación y reavivación éticas de los impuestos como donaciones del ciudadano a la comunidad». A veces se olvida que voluntariedad no conlleva merma o supresión.Sloterdijk nos invita en esta obra a despojarnos del pesimismo que corroe aquella idea que entiende la coacción como el único camino, y apuesta por la posibilidad de un ciudadano moralmente elevado.

Peter Sloterdijk (Karlsruhe, Alemania, 1947) , uno de los filósofos contemporáneos más prestigiosas y polémicos, es rector de la Escuela Superior de Información y Creación de Karlsruhe y catedrático de Filosofía de la Cultura y de Teoría de Medios de Comunicación en la Academia Vienesa de las Artes Plásticas. De su extensa obra pueden destacarse, entre otros, su novela El árbol mágico y sus libros ensayísticos El pensador en escena, Eurotaoísmo, Extrañamiento del mundo (Premio Ernst Robert Curtius 1993) y El desprecio de las masas.

El derribo de la academia.

Un filósofo ante la posdemocracia impositiva

1. De la polémica y este volumen

El 10 de junio de 2009 elFrankfurter Allgemeine Zeitung publica un artículo de Peter Sloterdijk bajo el título «La revolución de la mano que da» en el contexto de la serie «Futuro del capitalismo». Allí Sloterdijk proponía el siguiente experimento teórico: ¿cómo habría de pensar el Estado al ciudadano, y cómo se pensaría este a sí mismo, si los impuestos, en lugar de ser obligatorios, fuesen voluntarios?, ¿qué implicaciones ético-cívicas tendría esa transformación del sistema fiscal? ¿Acaso no cabe cuestionar ese undécimo mandamiento en que ha devenido el impuesto progresivo sobre la renta?, ¿por qué toma la forma de un mandamiento?, ¿acaso no hay otra alternativa?, pregunta Sloterdijk. Dicha invitación desencadenó una crítica feroz contra el conjunto de su obra, su estilo y su manera de proceder en general, lo que hace pensar que los enemigos de la propuesta lo eran del filósofo desde muy antiguo.

Así lo refleja el título del texto de Axel Honneth que verdaderamente perfila la controversia y que fue publicado enDie Zeit el 24 de septiembre de ese mismo año: «Fatal profundidad de pensamiento desde Karlsruhe. Sobre los últimos escritos de Peter Sloterdijk». El texto que seguía era tan provocador como el epígrafe, pues presentaba la iniciativa de Sloterdijk como una idea insensata de un filósofopoético con una capacidad extraña, mágica, de encantar a sus adeptos mediante una insinuante retórica que en el fondo enmascaraba una fábrica de sofisticadas adulaciones. Según Honneth, la propuesta de Sloterdijk, a quien consideraba como un enfermo de seudonietzscheanismo, sería fruto de un resentimiento liberal-económico y ocultaría un intento por liberar a los que más tienen de sus obligaciones tributarias para con el Estado y, en consecuencia, para con aquellos que no tienen sus mismas posibilidades económicas.

Acto seguido,Die Zeit, calificando el texto de Honneth de «ataque mordaz», invita a Sloterdijk a continuar el debate publicando en sus páginas una discusión que habría de ir más allá de la reflexión sobre el sistema tributario para extenderse a la propia naturaleza de la filosofía. Se deseaba promover una discusión sobre la contraposición entre «filosofía profesoral» y «filosofía literaria». El 27 de septiembre, elFrankfurter Allgemeine Zeitung publica la rotunda negativa de Sloterdijk bajo el título: «¡Bah, profesor! Una carta abierta!». ¿Cómo participar en una controversia donde faltan las premisas mínimas? Por un lado, los lectores deDie Zeit no conocían el artículo que originó la polémica respuesta de Honneth, por lo que esta no habría generado más que un «boxeo de sombras» que Sloterdijk no estaba dispuesto a proseguir. Por otro lado, Sloterdijk recuerda que para un debate hacen falta conocimientos, en este caso, lecturas detalladas de sus escritos, pero pone de relieve que Honneth, además de haber tergiversado su artículo sobre los impuestos, es decir, de no haber sido capaz de enfrentarse de manera ética a apenas diez páginas de su producción, conoce menos del diez por ciento de sus publicaciones, que tiene un retraso de lectura de entre seis mil y ocho mil páginas. ¿Cómo entablar con él, entonces, un debate sobre la diferencia entre la manera de filosofar de Honneth y la suya? ¿Acaso es Honneth un contrincante apto para tal tarea? La respuesta del profesor de Karlsruhe es tajante: no, no lo es.

Sloterdijk publica en 2010La mano que toma y el lado que da, obra que entiende como un experimento de discusión que habría de esclarecer y evitar que su tesis continuase siendo malentendida y tachada de neoliberal. Allí el artículo que originó la polémica se acompaña de tres textos de su autoría y de un total de once entrevistas que concedió a periódicos y revistas en torno al sis