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BENIprepara la mesa para una cena especial.Es un hombre XXL con los cuarenta y cinco ya cumplidos que se compra las camisas una talla más pequeña—o dos— para presumir de pectorales o de chichas, quién sabe. La ropa y complementos bien elegidos, la barba bien recortada—ya canosa—, el pelo escaso y una considerable envergadura física contribuyen a hacerle un tipo atractivo (él está convencido de que lo es), algo así como un estibador de diseño.
Se ha remangado la camisa y los anillos de ambas manos hacen«clin-clin» al chocar levemente contra el cristal de las copas cuando las coloca, y las coloca, y las vuelve a colocar sobre la mesa una vez y otra, y otra, y una más incluso, en busca de una posición que satisfaga su bien asumido sentido del buen gusto. Toma una de las copas y la observa. Se oye fuera de escena el sonido de una batidora eléctrica. BENIhabla con alguien a quien no vemos, alzando bien la voz.
BENI
¿Te acuerdas de cuándo estuvimos en Praga?
Nadie contesta. Vuelve a alzar la voz.
BENI
¿En qué año hicimos el viaje a Praga, te acuerdas?
La misma falta de respuesta.
BENI
¡Jaime!...¿Cuándo estuvimos en Praga?
JAIME
(Dentro, el sonido de la batidora cesa.)¿Has dicho algo?
BENI
¿Recuerdas en qué año viajamos a Praga?
Pausa.
BENI
¡Jaime!
Aparece JAIME, con un delantal por peto y blandiendo la batidora, como un San Jorge laico y doméstico en busca de su dragón.
JAIME
Qué pasa.
BENI
Que con los años te estás quedando sordo.
JAIME
¿Y para oír esto me haces salir de la cocina?
Sale JAIME.
BENI
¡Solo quería saber en qué año estuvimos en Praga! (A gritos.)¡En Praga!
JAIME
(Dentro.)¿Qué?
Por el sonido suponemos que JAIMEestá batiendo algo, esta vez a mano.
BENI
(Ya fuera de sí.)…¡Que solo quería saber…!
JAIME
(Dentro.)…¿En Praga, dices?
BENI
¡Sí, por Dios, Jaime, en Praga, en Praga, en Praga, capital de la República Checa, bañada por el Moldava, ciudad de Kafka y delgoulash, una de las más bonitas de Europa, la misma en la que tú y yo pasamos una semana absolutamente inolvidable cuandoéramos, (Se detiene, piensa rápido.) cuando noéramos más que… Bueno, cuandoéramos más jóvenes aún!
Cesa el ruido: JAIMEha dejado de batir. Un momento de silencio. Aparece otra vez, ahora blandiendo la batidora de mano. BENIle observa.
JAIME
¿Tú crees que con cuatro claras, a punto de nieve, tendremos bastante?
BENI
¿Cuatro para tres?
JAIME
Ahá.
BENI
Más que suficiente.
JAIME
Perfecto… (Volviéndose a BENI,justo antes de regresar a la cocina.) Mil novecientos noventa y cinco.
Sale.
BENI
¿Tanto? (BENIcontinúa poniendo la mesa, con un aire absorto.) En el noventa y cinco… (Por las copas.) Pues es un milagro que sigan intactas.
Entra de nuevo JAIME,esta vez sin delantal. No hemos dicho que es un hombre de edad similar a la de BENIpero de envergadura contraria. No tan alto como su compañero, más bien delgado y con el cuerpo de quien lo cuida bastante sin pretender, en absoluto, parecer un jovenzuelo. Las gafas le dan un cierto aire vulnerable y reflexivo que matiza y hasta potencia un atractivo maduro: muchos y muchas fingirían atender a cómo diserta sobre una película mientras lo imaginan en la ducha o desnudito sobre el sofá. JAIMEatraviesa la escena con la intención de salir por el lado opuesto al que entra. Se dirige a BENIsin mirarlo.
JAIME
Echa el vino en el decantador para que se vaya aireando y estate atento a la cazuela de los solomillitos no vaya a ser que la salsa se reduzca demasiado, si quieres puedes ir trayendo los platos de los entrantes y corta un poco de queso, del curado, que seguro que le va más al vino que hemos comprado, lo pones en un plato pequeño con unas cuantas regañás y así el pan lo dejamos para la carne,¿te parece…? O, si no, corta un poquito, unas cuantas rebanadas para el jamón,¡o no!, mira, mejor sin pan que así engordamos menos, el jamón sácalo de la nevera y que sude un poco, mientras tú haces todo eso yo me doy una duchita, que con tanta actividad…
BENIha estado atendiendo a la retahíla inmóvil.
JAIME
Con tanta actividad, huelo a fiera…
JAIMEavanza haciaél: se dan un ligero beso.
Sale JAIME.
BENI
¿Y de lo de antes, qué? (Pausa. Sube la voz.)¿Qué me dices de lo que hablábamos antes? (Pequeña pausa.) Joder con la fiera,