ACTO SEGUNDO
La misma decoración. Junto al piano está el árbol de Navidad, despojado y con las velas consumidas. Sobre el sofá yace el abrigo de Nora. Ésta, sola en el salón, se pasea, intranquila, de un lado a otro. Al cabo se detiene frente al sofá y coge el abrigo.
NORA:(Dejando el abrigo nuevamente.) ¡Alguien viene!...(Se acerca a la puerta y escucha.) No, no hay nadie. ¡Quién iba a venir el día de Navidad... ni mañana tampoco! Pero cuando menos se piense...(Abre la puerta y mira.) Pues no hay nada en el buzón; está vacío.(Paseándose.) ¡Qué necedad! ¡Claro que no lo hará!... No es posible que suceda una cosa así. No puede ser. ¡Tengo tres hijos pequeños!
(Ana María entra por la puerta de la izquierda, con una caja grande de cartón.)
ANA MARÍA: Por fin encontré la caja del disfraz.
NORA: Gracias; déjala sobre la mesa.
ANA MARÍA:(Saliendo.) El disfraz necesita bastante arreglo.
NORA: ¡Oh, lo haría trizas!
ANA MARÍA: ¡Vamos, señora! Con un poco de paciencia, puede arreglarse.
NORA: Sí; iré a pedir a la señora Linde q